El votante también es culpable. Carlos Hernández

30/05/2022

En la primavera de 1945 el pueblo alemán se horrorizaba al comprobar lo ocurrido en el interior de los campos de concentración erigidos por su Führer. Salieron a la luz las primeras cifras de judíos gaseados, de discapacitados asesinados y de homosexuales, gitanos o testigos de Jehová exterminados. A partir de ese momento, marcado por la derrota y la destrucción del Reich, quienes habían votado al partido nazi expresaron mayoritariamente su arrepentimiento: “Nos engañaron”, “¿Cómo podíamos imaginar que iban a perpetrar todas esas atrocidades?, ”No nos dijeron que nos llevarían a la guerra y a la destrucción“, ”No sabíamos las barbaridades que estaban cometiendo“…

En aquel momento ni los Aliados ni los soviéticos quisieron ahondar en la herida de una nación derrotada y en ruinas. Se aceptaron, más o menos, las excusas de los más de 17 millones de alemanes que en marzo de 1933 otorgaron la victoria al ya canciller, Adolf Hitler, en las que serían las últimas elecciones democráticas que se celebrarían en ese país hasta finales de los años 40. Sin embargo, ¿era cierta esa ignorancia y, por extensión, esa falta de responsabilidad y de culpa de quienes aquel infausto mes introdujeron la papeleta del NSDAP en la urna? Podemos seguir haciéndonos trampas en solitario, pero la realidad es un enemigo tozudo que siempre se acaba imponiendo.

Solo hay que leer, solo hay que escuchar

Adolf Hitler no engañó a nadie y mucho menos a sus votantes. Antes de llegar al poder el líder nazi verbalizó su deseo de instaurar una dictadura, de eliminar a los judíos, de emprender una guerra, de expulsar a todos los inmigrantes, de evitar que los discapacitados siguieran suponiendo una “carga” para el país y de acabar con sus enemigos políticos. Los alemanes no solo no desconocían esos planes, sino que quienes le votaron lo hicieron, entre otras cosas, porque querían que los llevara a cabo. Y así fue. El líder nazi se limitó a cumplir las promesas que lanzaba en los mítines y a ejecutar las ideas que difundía el NSDAP en los carteles con los que empapelaba los muros de toda Alemania. “60.000 marcos es lo que le cuesta a nuestra comunidad nacional mantener a esta persona que padece una enfermedad hereditaria. Ciudadano, ese dinero también es tuyo”, podía leerse en uno de aquellos carteles que presidía la imagen de un discapacitado delante de un enfermero. “Los judíos nacen criminales. No se puede reír libre y abiertamente. Su rostro simplemente se tuerce en una sonrisa diabólica”, rezaba otro de aquellos pósteres en los que se exhibía el rostro, con gesto forzado, de diez hombres y una mujer con rasgos hebreos. 

Hitler solo se dedicó a cumplir un programa político y un ideario que ya plasmó detalladamente en Mein Kampf. Desde 1925, esta obra estuvo a disposición de cualquier alemán que quisiera conocer la mentalidad y los objetivos de aquel líder al que podía o no votar. Repasemos algunos fragmentos que, insisto, no diferían de lo que el Führer vociferaba en sus mítines o de lo que su partido anunciaba en sus medios de propaganda.

Bye, bye democracia: “El parlamentarismo democrático de hoy no tiende a constituir una asamblea de sabios, sino a reclutar más bien una multitud de nulidades intelectuales, tanto más fáciles de manejar cuanto mayor sea la limitación mental de cada uno de ellos. En oposición a ese parlamentarismo democrático está la genuina democracia germánica de la libre elección del Führer, que se obliga a asumir toda la responsabilidad de sus actos. Una democracia tal no supone el voto de la mayoría para resolver cada cuestión en particular, sino llanamente la voluntad de uno solo, dispuesto a responder de sus decisiones con su propia vida y hacienda”.

Raza superior y guerrera: “En lugar del palabreo ridículo sobre la seguridad de la paz y del orden, por medios pacíficos, la misión de la conservación y del progreso de una raza superior es la que debe ser vista como la más elevada tarea”. 

Odio al judío: “Creo que, al defenderme del judío, lucho por la obra del Supremo Creador (…) Propagarse es una característica típica de todos los parásitos, y es así como el judío busca siempre un nuevo campo de nutrición (…) El judío es y será siempre el parásito típico, un bicho, que, como un microbio nocivo, se propaga cada vez más, cuando se encuentra en condiciones adecuadas. Su acción vital se parece a la de los parásitos de la Naturaleza. El pueblo que le hospeda será exterminado con mayor o menor rapidez (…) En el correr de los siglos, ya descubrieron otros pueblos que la simple existencia del judío es una calamidad equivalente a la peor peste”.

No es país para discapacitados: “El Estado debe procurar que solo engendren hijos los individuos sanos, porque el hecho de que personas enfermas o incapaces pongan hijos en el mundo es una desgracia, en tanto que el abstenerse de hacerlo es un acto altamente honroso”.  

De las palabras a los hechos

El partido nazi fue cumpliendo sus promesas ante el aplauso mayoritario de sus votantes. Solo 16 días después de las elecciones del 5 de marzo de 1933 se inauguraba el campo de concentración de Dachau. Cuando los primeros prisioneros, en su mayor parte socialistas y comunistas, aún no llevaban ni 48 horas en su interior, los nazis aprobaron la “Ley para solucionar los peligros que acechan al Pueblo y al Estado” que otorgó todo el poder a Hitler y acabó con la democracia. En abril se dio luz verde a los primeros decretos que restringían los derechos de la población judía. Se comenzó excluyendo a los adultos de la mayoría de puestos de trabajo y a sus hijos del acceso a las escuelas o los parques públicos. En enero de 1934 entró en vigor la “Ley para la prevención de descendencia con enfermedades hereditarias” que establecía la esterilización forzosa de personas que padecieran: “Deficiencia mental congénita; Esquizofrenia; Depresión maniaca; Epilepsia hereditaria; Baile de San Vito hereditario (enfermedad de Huntington); Ceguera hereditaria; Sordera hereditaria; Serias deformidades físicas hereditarias”. 

El resto de la historia es de sobra conocido: Hitler siguió cumpliendo lo prometido. Dachau fue solo el primero de la casi infinita red de campos de concentración y de centros de detención dirigidos por Himmler. De la segregación racial de los judíos y otros grupos considerados “inferiores” se pasó al extermino de millones de personas en las cámaras de gas. La esterilización de los discapacitados derivó en el asesinato de cerca de 200.000 hombres, mujeres y niños; 70.000 de ellos fueron gaseados en los seis centros de “eutanasia forzada” que formaron parte de la llamada acción T4 que se vanaglorió en sus informes de haber permitido con esas muertes que el estado ahorrara 885 millones de marcos. En todos aquellos años quienes se opusieron a Hitler fueron, mayoritariamente, los mismos que habían intentado impedir que llegara al poder: millones de alemanes que, en muchos casos, pagaron su valentía con sus vidas.  

En la otra orilla ideológica, ¿alguno de los votantes del NSDAP podía sorprenderse de que su ejército estuviera arrasando Europa Occidental y la Unión Soviética? ¿Podía extrañarse de que sus vecinos judíos, incluidos los niños a los que había visto crecer, fueran desapareciendo, noche tras noche? ¿Podía escandalizarse al ver el humo negro brotar de la chimenea del crematorio de ese edificio al que llamaban manicomio? ¿Podía inquietarse al no ver salir a uno solo de las decenas de miles de seres humanos que entraban en Mauthausen, Buchenwald, Ravensbrück o Sachsenhausen?

Sin duda alguno sí se rebeló, pero desde luego que no fue la mayoría. El grueso de sus votantes y no pocos simpatizantes tardíos del nazismo estaban encantados al ver cómo marchaban las cosas en aquella nueva Alemania. No es que fueran unos sádicos que desearan porque sí la muerte o el sufrimiento de millones de hombres, mujeres y niños. No era “porque sí”, era porque, tal y como les llevaba prometiendo el partido nazi desde finales de los años 20, la conquista de territorio, la eliminación y el sufrimiento del diferente y del extranjero les estaba proporcionando riqueza y prosperidad. Miles de alemanes, en su mayor parte votantes del partido nazi, se quedaron con las casas, las empresas o las pertenencias de las familias judías. Miles de alemanes, en su mayor parte votantes del partido nazi, se enriquecieron utilizando como mano de obra gratuita y esclava a los prisioneros y prisioneras de los campos de concentración. Millones de alemanes, en su mayor parte votantes y simpatizantes del partido nazi, disfrutaron con el crecimiento económico generado a costa de invadir países, expoliar a los judíos, asesinar al disidente y ahorrar el dinero que antes se dedicaba a mantener a los discapacitados. Solo se trataba de apoyar el proyecto, beneficiarse de él, no preguntar por los detalles de su ejecución y mirar para otro lado cuando se topaban con las consecuencias más crueles del mismo.

El arrepentimiento y la supuesta ignorancia solo florecieron cuando las victorias fueron dando paso a las derrotas; cuando la prosperidad desapareció y la miseria comenzó a llamar a las puertas de sus casas. Es obvio que ese egoísmo tan humano como despiadado no había sido la única causa que les empujó a votar al NSDAP. La humillación que sufrió su país tras la I Guerra Mundial, la crisis económica o el desencanto con los partidos políticos tradicionales remaron en la misma dirección. Es, por tanto, imprescindible conocer todas las razones que permitieron alcanzar el poder a un partido como el que lideró Hitler. Y una de ellas es la responsabilidad, la complicidad y la culpabilidad de sus votantes. Lo sabían y lo saben.  

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/votante-culpable_129_9034689.html


Los que tienen que servir. David Torres

27/05/2022

Dicen que ya no se encuentran camareros de los de antes, esos camareros lentos y ecuménicos que no sólo se sabían el trago favorito de los clientes sino también sus nombres, apellidos, horarios, preferencias sexuales y hábitos alimenticios. Además de poner las copas como Dios manda, un camarero de los de antes ejercía también de sacerdote y de psicoanalista, perdonaba pecados, escuchaba confesiones, traumas, arrepentimientos, historias de divorcios y de úlceras, y sólo daba su opinión si se lo pedían. El cine, como buen espejo de la ducha de clases, siempre ha tenido un enorme respeto por la figura del camarero y cuando lo sacaba a colación era para recordarnos a los espectadores que un buen camarero es como de la familia. Lo resumía muy bien Cary Grant en Con la muerte en los talones, cuando explicaba al jefe del espionaje el peligro de arriesgar otra vez su vida: «Mi madre, dos ex esposas y varios barman dependen de mí».

Un camarero de los de antes prácticamente no tenía precio y por eso venía a cobrar algo parecido: nada o casi nada. No se entiende muy bien por qué cuesta tanto encontrar buenos camareros en un oficio que no ha variado prácticamente desde el Neolítico y cuya recompensa, más que en dinero, se cobra en el orgullo por el trabajo bien hecho y la satisfacción intestinal del cliente. El oficio, dicho sea de paso, consiste en levantarse temprano y acostarse tarde, aguantar los malos humos del personal, limpiar, fregar, servir mesas y sonreír mucho al jefe.

Antes de la pandemia, las condiciones laborales de un camarero en España oscilaban entre una caquita y caquita y media, pero durante la pandemia mejoraron hasta una mierda pinchada en un palo. Lo expresaron a la perfección bastantes hosteleros que presumían de ofrecer contratos por un fin de semana, horarios dignos de una plantación de esclavos en Kentucky y sueldos acorde con la subida del precio del algodón a finales del siglo XIX. A los pobres ilusos que se quejaban de estos arreglos decimonónicos les decían que hubieran estudiado, que tenían un centenar de pretendientes al puesto de siervo de la gleba, muchos de ellos con una carrera universitaria o dos a las espaldas, ansiosos por transportar cervezas y aceitunas. Por culpa de esa manía comunista de comer caliente y dormir bajo techo, la triste realidad es que no sólo no se encuentran camareros de los de antes, sino que ya no se encuentran ni los de ahora.

Probablemente algo tendrá que ver en el asunto el hecho de que en otros países de Europa un camarero viene a cobrar entre 3.000 y 3.500 euros mensuales, una barbaridad que está cargándose el sector a un ritmo que pronto los hosteleros van a tener que amaestrar monos o, peor todavía, ponerse a servir copas ellos. Es normal que el señorito de toda la vida se eche las manos a la cabeza y alucine con el espectáculo dantesco de un bar cerrado por falta de personal. «Con el paro que hay en España ahora mismo -se quejaba el otro día Fran Rivera- y las pagas que estamos dando, estamos criando una generación inútil». Añadió que en los bares donde suele ir ocurre lo mismo que en el campo cuando hay que recoger la cosecha: que sólo trabajan extranjeros. Lo decía con conocimiento de causa de primera mano sobre la inutilidad, ejerciendo de tertuliano televisivo porque, una vez retirado de los ruedos, no da la talla para dedicarse a bombero-torero.


Fotos concentración ¡No a la monarquía. Quien acoge a un corrupto es cómplice de corrupción!

23/05/2022

Fotogalería de la Manifestación celebrada ayer en Madrid, en la plaza de Ópera ¡No a la monarquía. Quien acoge a un corrupto es cómplice de corrupción!


No a la monarquía corrupta. Quién acoge a un corrupto es cómplice de la corrupción

19/05/2022

La familia Borbón con sus actuaciones, demuestra un desprecio absoluto al pueblo, pero también a la igualdad ante la ley, actuando como si nuestro país fuese su finca particular. Por ello es hora de pasar de la indignación a la organización.


La Ley de bebés robados continúa en un cajón cuatro años después de obtener amplio consenso en el Congreso

18/05/2022

Hasta en dos ocasiones, noviembre de 2018 y junio de 2020, el Congreso de los Diputados ha respaldado de forma mayoritaria la necesidad de aprobar una ley sobre el fenómeno de los bebés robados en nuestro país, unas prácticas que hasta donde se ha podido acreditar se iniciaron durante la posguerra, siguieron en el franquismo e incluso continuaron produciéndose más allá de la transición, hasta la década de los noventa. La norma, dirigida a buscar la reparación de las víctimas y agilizar las investigaciones, duerme desde entonces el sueño de los justos sin que el Gobierno haya adoptado ninguna decisión que permita hacerla realidad.

Así lo explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Soledad Luque portavoz de CeAqua en el área de ‘bebés robados’ y presidenta de la asociación Todos los Niños Robados son también mis Niños. Esta asociación fue la que elaboró el texto original que firmaron todos los grupos parlamentarios cuando se registró, a excepción de PP Ciudadanos y Vox en febrero de 2020, aunque los ‘populares’ y Ciudadanos mostraron su apoyo a la iniciativa y votaron a favor. Desde entonces, nada ha vuelto a saberse del asunto.

Ante la parálisis, CeAqua no se ha conformado y a principios de este año comenzó una ronda de reuniones con los ministerios de Justicia, Presidencia y Derechos Sociales para tantear las intenciones del Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre este asunto, sin obtener ninguna respuesta concreta más allá de la buena disposición de todos los responsables. Desde el Ministerio a cargo de Pilar Llop se señala a este diario que son muy sensibles con este tema y están valorando el modo de “agilizarlo”, pero no dan aún plazos concretos.

FUERA DE LA LEY DE MEMORIA

Aunque la Ley de Memoria Democrática -igualmente paralizada por la falta de consensos- contiene un apartado sobre niños y niñas robados, lo que se aprobó en el Congreso es la redacción de una norma específica para estas víctimas. “Necesita una ley propia”, insiste Luque, que explica que el texto de CeAqua es conocido por los grupos políticos desde 2017, y tras quedar registrado en el Congreso en septiembre de 2018, aprobó tomarlo en consideración de forma unánime el 20 de noviembre de ese año.

El problema es que la legislatura decayó sin que la propuesta avanzara y, tras dos elecciones legislativas y la constitución del Gobierno de coalición PSOE-Podemos el texto volvió a ser registrado en el Congreso en febrero de 2020. La pandemia no impidió que la plataforma siguiera hablando con todo los grupos “menos con la extrema derecha”, según apunta Luque, e incluso hicieron precisiones al texto incial antes de volver a someterlo a consideración el 23 de junio de ese año, cuando volvió a salir adelante con amplio consenso.

Las 20 leyes de las que nadie se acuerda en el Congreso: un año o más perdidas en un cajón

Actualmente, y tras abrirse en septiembre 2020 el trámite de enmiendas, el asunto pasó a la Comisión de Justicia del Congreso, donde lleva paralizado año y medio. Luque apunta la complejidad que supone que para avanzar se requiera la opinión de varios ministerios, entre los que se encuentran los de Presidencia, Justicia, Derechos Sociales, Sanidad, Interior y Hacienda. La pelota, en todo caso, está en el de Pilar Llop, que es el que tiene que realizar las primeras valoraciones.

OBJETIVO DE LA LEY

La norma quiere crear una unidad policial y una fiscalía especializada para investigar la trama de bebés robados, además de facilitar a las víctimas acceder a la documentación que les pueda ser de interés, ya sea de la Administración o de archivos privados. También recoge la creación de una base de datos estatal de afectados y de un banco único de ADN gratuito con “toda la información relevante” en relación estos casos.

En cuanto a las medidas de reparación, los reconocidos como víctimas de esta trama buscan que la ley les reconozca derecho a asistencia médica, jurídica y psicológica gratuita, así como a conocer su verdadera identidad y a ejercer acciones de reparación de daños y perjuicios contra las personas o instituciones responsables de su privación de derechos. El texto tomado en consideración también incluye la posibilidad de habilitar al Gobierno para la concesión de indemnizaciones extraordinarias en favor de quienes se les reconozca la condición de víctimas.

La asociación impulsora de la norma también se mueve en otros ámbitos, como el cultural, y prueba de ello es la exposición ‘Duerma en ti… Maternidades robadas en España (1939-1999)’ que puede verse en el Museo Nacional de Antropología hasta el 5 de junio. La muestra es resultado del trabajo fotógrafo Pedro Lange-Churión y la investigadora Aránzazu Borrachero junto a varios colectivos de víctimas.

“No son simples fotografías de víctimas, sino historias de vida que demuestran lo que hay detrás de pérdida, de sufrimiento, de ausencia“, si bien en esas miradas “también hay valentía, resiliencia y fortaleza”, según señaló la portavoz de la plataforma a Infolibre con ocasión de la inauguración de la exposición.

EN LOS JUZGADOS

Otro frente son las investigaciones judiciales, un asunto que según esta asociación tuvo un “boom tremendo” en los primeros años a partir de 2011 pero luego fue descendiendo, y que en la actualidad también parece haberse quedado en pausa. Desde la Fiscalía General del Estado, sin embargo, se señala que en el último año ha habido un incremento exponencial de las actuaciones sobre este asunto al abrirse un total de 47 diligencias de investigación, superando con creces los 7 y 3 asuntos que se registraron durante 2019 y 2020, respectivamente.

En los últimos diez años las investigaciones se han llevado ante un juez en un total de 522 ocasiones, si bien es muy difícil que tengan resultado. La dificultad estriba en los problemas puestos de manifiesto por los propios para recabar pruebas por el paso del tiempo, la muerte de protagonistas o la destrucción de archivos clínicos por la desaparición de muchas de las clínicas donde nacieron estos niños.

/ FGE

La estadística de la Fiscalía tiene su origen en una Circular suscrita en diciembre de 2012 por el que fuera fiscal general Eduardo Torres-Dulce, que empezó a controlar este dato para “preservar el principio de unidad de actuación”, facilitar la coordinación y, en definitiva, asegurar la eficacia sobre este asunto.

En esas fechas la Audiencia Provincial de Madrid había ordenado al Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid -cuyo titular, Adolfo Carretero, ha vuelto a saltar a los titulares por el pelotazo de material sanitario del Ayuntamiento de Madrid-reabrir la investigación del primer caso de niños robados, que implicaba a la monja María Gómez Valbuena al estimar que los delitos de detención ilegal, suposición de parto y alteración de paternidad no están prescrito. La religiosa falleció en enero siguiente, aunque la investigación en relación con su actividad siguieron para uno de los médicos con los que presuntamente colaboraba, el doctor Eduardo Vela, si bien fue absuelto por considerarse que los hechos habían prescrito.


En este Pegasus solo falta Felipe VI – por Domingo Sanz

10/05/2022

Guste o no guste, el espionaje Pegasus en España se llama Citizen Lab, The New Yorker y Catalangate, este último para recordar aquel Watergate que también desveló un periódico y acabó con la carrera de un presidente de los Estados Unidos de América, para que luego digan que el pasado no cuenta, aunque la democracia española sea cobarde a la hora de castigar a los delincuentes que se meten en política.

Por tanto, ya pueden salir dos ministros en rueda de prensa reclamando para Sánchez y Robles el mérito de ser tan espiados como esos independentistas por los que no rompieron ni una lanza hasta que no tuvieron en la manga la carta marcada del indulto. Mientras tanto, esos catalanes cumplieron años de cárcel tras una sentencia que, cada día que pasa, es más probable que sea anulada por la justicia europea, lo que producirá los mismos efectos de una amnistía a la que ningún político españolista se atreve, aunque sí defienden a capa y espada la que, durante la Transición, salvó de una justicia sin pena de muerte a tantos asesinos franquistas.

El caso es que, con lo del espionaje, todo el mundo está especulando, incluidos los ministros, pues es imposible hacer otra cosa en un reino en el que, valga la redundancia, sigue reinando una Ley (franquista) de Secretos de Estado que, en beneficio propio, mantienen vigente unos políticos podridos de pies a cabeza, los del PP y del PSOE, que han contado además con la complicidad de quienes, a lo largo de cuatro décadas, les han ido concediendo investiduras sin condicionarlas a la derogación de una ley que envenena la democracia.

Ahora recuerdo que un tal Jordi Pujol consiguió de Aznar el final de la mili obligatoria en el Pacto del Majestic de 1996, pero no me suena que intentara lo mismo con la Ley de Secretos. Y es que nada une más a los que se juntan que tener muchas cosas que ocultar.  

Así que, entre especular en el vacío o hacerlo con la historia en la cabeza, me parece mejor esta segunda opción para analizar unas novedades que se van sucediendo a un ritmo de infarto.

¿Qué más sabía Felipe VI sobre la situación de Catalunya el 1 de octubre mientras se le rompían los nervios viendo como votaban cientos de miles en aquellas urnas ilegales que el CNI fue incapaz de descubrir, mientras sus policías golpeaban a diestro y siniestra hasta que, según algunas fuentes, una tal Merkel “aconsejó” a Rajoy que parara?

¿Alguien se cree que, ante la posibilidad de que algún país hiciera gestos de apoyo o reconocimiento a una Catalunya distinta de España, un rey borbón se iba a conformar con la información que le hiciera llegar el mismo Rajoy que acababa de ser derrotado sin paliativos por Puigdemont?

La respuesta es no. Si Felipe VI exigió aparecer por TVE el 3 de octubre fue porque no se fiaba de lo que le decían desde La Moncloa. De hecho, en cuanto se dejó ganar por Sánchez la moción de censura de 2018, lo primero que hizo Rajoy fue informar que no había sido él quien le pidió a Felipe VI que pronunciara aquel discurso.

Me cruzo cada minuto, es un decir, con millones de opiniones tan especulativas como la que está usted leyendo ahora mismo, pero que no se atreven a mencionar a Felipe VI ni por error. Ni siquiera las de unos independentistas que, quizás para que no se les acuse de obsesivos, prefieren esperar a Citizen Lab.

Mientras tanto me vienen nuevas preguntas, que comparto.

¿Le llegan al rey informaciones de lo que los catalanes espiados, y otros, planean entre ellos, sin que Sánchez lo sepa, o quizás sabiéndolo?

¿Tiene su lógica pensar que Felipe VI pueda mantener contacto, a través de terceros blindados y discretos, con algún espía de los que disponen de información que le podría servir para evitar que pase con Sánchez lo mismo que pasó con Rajoy el 1 de octubre de 2017?

Y si Felipe VI le dijera a Sánchez, en secreto, que él recibe información sobre los peligros que podrían romper España, dado que la Constitución le reserva el papel simbólico de representar su unidad y, por si acaso, también el mando supremo de las Fuerzas Armadas, ¿alguien puede creer que Pedro Sánchez se atreverá a exigirle al rey los nombres de sus informadores para sancionarlos por pasar información sin permiso de sus superiores? ¿O acaso tienen el permiso de sus superiores?

Quizás un día nos cuenten que, al igual que a Sánchez y a Robles, Felipe VI también fue espiado. Seguro que se tratará de un truco para borrar un mal sueño del que se despertaba cayendo en la III República.

De todo esto nos enteraremos, digo nuestros nietos, dentro de 40 o 400 años. Tal como nos comienza a ocurrir ahora con algunos hechos que rodearon el 23F de 1981. Y gracias a que se ha conocido la verdadera catadura del padre de Felipe VI.

Abro paréntesis para terminar un crucigrama. Es de la semana pasada y, en la otra página, Fermín Bocos dedica su columna a poner el grito en el cielo por la humillación a la que la consellera de Presidencia de la Generalitat sometió al ministro Bolaños, al exigir que los teléfonos móviles no estuvieran en la reunión.

Señor Bocos, déjese de demagogia: lo único que usted haría con quien le hubiera espiado es denunciarlo ante el juzgado de guardia.

http://www.lacasademitia.es/articulo/firmas/pegasus-solo-falta-felipe-vi-domingo-sanz/20220504083640124342.html


El espía espiado. Javier Gallego

05/05/2022

El Manual de resistencia de Sánchez no da más de sí. La suerte que tiene para salir de las crisis haciendo malabarismos, tampoco. Le quedan pocas pelotas en el aire. La lentitud o la ineptitud con la que afronta problemas graves empieza a pasarle factura. Hoy una encuesta de 40db para El País coloca al PP de Feijóo por delante del PSOE y mayoría suficiente a la derecha y la ultraderecha para gobernar. El caso Pegasus es la última pelota que se le cae al suelo al presidente y, en lugar de recogerla, la patea para echar balones fuera. Nunca mejor dicho. Sacar ahora que le espían desde fuera no expía su culpa de haber espiado desde dentro. 

Perdonen el juego de palabras, no hago más que imitar, para desenredarlo, el trabalenguas con el que Sánchez quiere liarnos. El lunes a primera hora, el ministro de la Presidencia, señor Lobo del Gobierno, Bolaños, nos contaba que el presidente y la ministra de Defensa fueron espiados con el mismo programa con el que, presuntamente, el CNI espió a algunos independentistas. Por Marruecos, es lo más probable, porque las fechas del espionaje coinciden con la crisis de la frontera sur del año pasado. Me temo que Sánchez piensa que se ha sacado un as de la manga, pero es más bien una sota de bastos que le golpea con el garrote en la cabeza por su torpeza. Intentar tapar su gotera con otra gotera es la mejor forma para que se te inunde el piso.

No solo le han pillado espiando a otros, sino que encima reconoce que a él y a su ministra les espiaron también, lo que habla muy mal de la seguridad del país que dirige, pero sobre todo de sí mismo y su gabinete, porque el protocolo del servicio de inteligencia español establece que son los propios dirigentes quienes deben revisar periódicamente las posibles intrusiones y pasarles el examen a los técnicos. Sánchez ha querido echar a los pies de los caballos a la directora del CNI, Paz Esteban, a la que acabará sacrificando para salvar su pellejo –como hacen los malos políticos–, pero él también se llevará su ración de coces.  

Entre otras cosas, porque las sospechas de espionaje apuntan al Gobierno marroquí ante el que nuestro presidente se ha arrodillado en el conflicto del Sáhara, rompiendo la posición española de 40 años y su propio programa electoral. Es decir, Sánchez ha cedido al chantaje de un país que posiblemente le espiaba mientras extorsionaba a España abriendo sus fronteras. Si se confirma el origen de la intromisión, con qué cara defiende ahora el acuerdo con Marruecos. Por salir de un lío se mete en otro y deja mal a su servicio de inteligencia, a su Gobierno y a España. 

Pleno al quince, presidente. El espía que traicionó a sus socios, al pueblo saharaui y al español ha sido espiado por el socio que le espió. No hay quien diga este trabalenguas sin tropezarse. Pero el PSOE es capaz de liarlo aún más. Al mismo tiempo que prometen transparencia en la investigación de Pegasus, vetan con el PP y Vox una comisión parlamentaria, pero acusan al PP de ir de la mano de Vox con los que han votado que no a la comisión. Otro trabalenguas. Ninguna sorpresa. El PSOE es el partido que se dice republicano pero vetó, con esos mismos partidos, la comisión sobre los negocios del emérito.

Pues no se vayan todavía, aún hay más. Hoy el Gobierno de la transparencia ha dicho que no pregunten a Robles sobre el espionaje y Robles ha dicho que sus socios están sembrando dudas sobre el CNI. El espía espiado que traiciona a sus socios y al CNI dice que son sus socios los que le traicionan y traicionan al CNI. Y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde. Parece que Rajoy les escribe ahora los argumentos. Las dudas sobre el CNI las tenemos todos después de que espíen a ciudadanos catalanes y vascos. Por seguir con los trabalenguas, podría ser que los espías que espían a los separatistas hayan espiado al Gobierno socialcomunista que pacta con los enemigos de la patria. Eso tiene sentido. El Gobierno espía habría sido espiado por sus propios espías. La legislatura se le puede atragantar a Sánchez con tanto trabalenguas y a nosotros el resultado de unas elecciones anticipadas.

https://www.eldiario.es/carnecruda/lo-llevamos-crudo/espia-espiado_132_8966632.html


MANIFESTACIÓN 1º DE MAYO EN SEGOVIA

02/05/2022

Este 1º de Mayo los compañeros y las compañeras del Colectivo Republicano Antonio Machado y de la Asamblea Popular Republicana, hemos estado en la manifestación convocada por CCOO y UGT en Segovia para defender los derechos y conquistas de los trabajadores y las trabajadoras y que nos quieren arrebatar, el único camino es la ¡Unidad de la clase trabajadora y sindical!

¡Viva el 1º Mayo! ¡Viva la lucha de la clase obrera!