Votos a favor de la República: 6.111
Votos a favor de abrir procesos constituyentes. 6.038
España está sumida en un proceso semejante al que se ejecutó en Brasil. Primero, los medios de comunicación crearon una distorsión de la realidad exagerando la corrupción del PT, que era real, y ocultando la de la derecha, generando ansiedad en el país y una demanda de acabar con la corrupción (del PT). Y, segundo, la Justicia procesó al carismático candidato de la izquierda, Lula Da Silva, lo encarceló y no le permitió presentarse a las elecciones. Un verdadero golpe de Estado ejecutado por medio de los medios de comunicación y la Justicia. Naturalmente, detrás estaban los EE UU de Trump, el Ejército y la oligarquía y la victoria de Bolsonaro se celebró con fuertes subidas en la bolsa.
No es casualidad que lo que ocurre en el principal Estado sudamericano le ocurra al Reino de España, que presume con altivez de hidalgo de ser Estado europeo, pero que en realidad ya se ha desnudado como el Estado corrupto y continuador del franquismo que es. Una democracia de una calidad muy parecida a la de algunos países del Este de Europa que se han integrado recientemente en la Unión.
Y lo que vivimos es una crisis de ese sistema político provocada y dirigida directamente por la oligarquía que desde una Corte que es un entramado de financieros, periodistas, militares, magistrados y políticos posee el Estado.
En España los medios de comunicación son el instrumento más claro de la oligarquía, que es su propietaria. Y así grupos como Prisa, Planeta (propietaria de Antena3 y LaSexta, La Razón y determinante en el capital de El Periódico) o Tele5 (Mediaset ), así como todas las cabeceras de Madrid colaboraron unánimemente en la etapa final del segundo Gobierno de Zapatero para llevar a Rajoy a la Moncloa. Lo que vino después fue la continuación, la demonización de los dirigentes catalanes y por extensión de la misma población catalana, el ocultamiento de la violencia contra la población allí y de las ilegalidades cometidas por policías, jueces y fiscales.
A pesar de todo, en parte gracias a algunos medios digitales como éste y a las redes sociales, que una vez y otra culpan y pretenden controlar, emerge la radiografía del Estado. Quien no sea rehén de la prensa y televisiones de la Corte sabe que el Ejército, la Policía y, de manera muy acusada, la Guardia Civil, mantienen una plácida continuidad con el franquismo. Y que, puede que lo más grave, la Justicia no sólo comparte esa cultura política sino que, además, es una parte fundamental de la corrupción política y económica. Es decir, este Estado es rigurosamente antidemocrático y pervierte el contenido democrático que pueda haber en esta constitución o en cualquier otra. Ya no hablo de la monarquía y de un rey, Felipe de Borbón, rigurosamente de extrema derecha y carente de la agudeza del padre.
La presencia en las redes y las calles de la derecha fascista primero fue en Catalunya, donde guardias civiles con coche de la Secretaría General de Seguridad se reúnen con elementos de extrema derecha y coordinan con logística grupos organizados y enmascarados. Ahora los fascistas campan obscenamente también por calles de Madrid, Valencia… No hay duda de que el lanzamiento de la extrema derecha, primero en Catalunya y ahora en toda España, es una operación que nace desde dentro del mismo Estado, con la cooperación, consentimiento o inoperancia de este Gobierno y de los anteriores. Pero eso es posible porque los medios de la Corte primero hicieron su trabajo, legitimaron a la extrema derecha en los periódicos y, sobre todo, en los platós de televisión. El papel que jugaron esas televisiones privadas algún día será estudiado en las facultades de periodismo, sentando y dando igual consideración a demócratas que franquistas. Ese espectáculo de debates entre contrarios en realidad legitimó a los fascistas.
Esto está siendo un proceso de deterioro del proyecto de Estado que continuó sin ruptura el régimen de Franco tras su muerte. En estos momentos nos encontramos en un momento agudo porque ha habido un cambio en el Gobierno que desplazó al partido que expresaba más legítimamente tanto al Estado corrupto como los intereses del IBEX y, además, el Gobierno no tiene una base suficiente ni estable. Eso explica el paroxismo y la cantidad de disparate que se acumula cada día.
¿Qué salida tiene esa situación que sea democrática? Ninguna nacida de la actual política, la de los cuatro partidos que hemos visto enredados en el chalaneo por los puestos del poder judicial y en el cuerpo a cuerpo de cada día. Solamente habrá esperanza desde la ética, solamente desde voces que nazcan dentro o fuera de esos o de otros partidos y que se sitúen fuera de ese juego y que se levante sobre la ética. Esas voces tendrán que reclamar la ruptura con el franquismo y abrir un período constituyente verdadero. Naturalmente tendrán todo en frente, los medios de comunicación más potentes de la Corte, el poder económico, las alcantarillas del Estado, los cuerpos policiales y la Justicia.
Únicamente podrán contar con nuestra escasa cultura democrática y el sentido de la decencia que todavía nos quede.
https://www.eldiario.es/zonacritica/pasando_6_837526260.html
El 17 de abril de 1946 Francisco Franco envió una carta a Rigoberto Doménech y Valls, arzobispo de Zaragoza. El español «es el único Estado verdaderamente católico que hoy existe», le decía el Generalísimo, y por eso le «acechan» la masonería y el comunismo, «por su condición de católico y anticomunista».
No se trataba de una declaración aislada. Franco pudo comprobar muchas veces a lo largo y ancho de su dictadura lo útil que resultaba ese recurso al catolicismo. Gustaba mucho a los obispos, satisfechos con que los grandes problemas históricos de España hubieran acabado así, con el sueño cumplido de un Estado «verdaderamente católico«, en pleno siglo XX y después de todas las guerras y revoluciones imaginables.
El nacionalcatolicismo, como antídoto perfecto frente a la República laica, el separatismo y las ideologías revolucionarias, tuvo un significado específico para burgueses y terratenientes, para los militares y para un amplio sector de pequeños propietarios rurales y clases medias urbanas. El nacionalcatolicismo resultó una ideología eficaz para la movilización de todos esos grupos que se propusieron desterrar los conflictos sociales y darles una solución quirúrgica. El nacionalcatolicismo, pensaban sus defensores, tenía raíces profundas y lejanas en la historia de España, en la época imperial de los Reyes Católicos, en la Edad de Oro y en la Contrarreforma. De la decadencia posterior eran causantes las diversas herejías extranjeras, el protestantismo, el liberalismo y el socialismo, a las que los malos españoles se habían agarrado. Desde Menéndez Pelayo a finales del siglo XIX hasta los apologetas católicos del orden y la autoridad de los años veinte, esa visión fue repetida en manuales escolares, publicaciones religiosas, cartas pastorales y sermones.
La jerarquía eclesiástica participó desde el principio, en marzo de 1943, en la farsa de las Cortes franquistas y su presencia se hizo también bien visible en los altos cargos consultivos del Estado. El primado figuraría entre los tres miembros del Consejo del Reino y, junto a otro obispo, en el Consejo de Estado. Además, según la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado aprobada por las Cortes el 31 de mayo de 1947, el «Prelado de mayor jerarquía y antigüedad» formaría parte del Consejo de Regencia en caso de que la Jefatura del Estado quedara «vacante». Al prelado le acompañarían en ese Consejo de Regencia el presidente de las Cortes y el Capitán General en activo y de mayor antigüedad de los ejércitos de Tierra, Mar o Aire.
El catolicismo español salió triunfante y feliz de esa simbiosis e intercambio de favores que mantuvo con un régimen asesino, levantado sobre las cenizas de la República y la venganza sobre los vencidos. Ese aparato de poder político se mantuvo intacto, con la ayuda de los dirigentes católicos, de la jerarquía eclesiástica y del Opus Dei, pese a que sufrió importantes desafíos desde comienzos de los años sesenta.
Pero, pese a los cambios, la dictadura franquista mantuvo su identidad nacional católica hasta el final, la jerarquía y la mayoría de los eclesiásticos acompañaban con sus ceremonias a las autoridades públicas y tres obispos, nombrados personalmente por Franco, formaban parte del último acto de las Cortes. El arzobispo Cantero Cuadrado, aquel combatiente de la guerra civil, siguió como miembro del Consejo de Estado y del Consejo del Reino hasta el último suspiro del Caudillo.
Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde murió bendecido por la Iglesia, sacralizado, rodeado de una aureola heroico-mesiánica que le equiparaba a los santos más grandes de la historia. El panegírico empezó en la Cruzada, arreció con fuerza en la posguerra y continuó hasta después de su muerte. Papas, nuncios apostólicos, obispos, curas, frailes, monjas y católicos de toda condición y sexo le rindieron pleitesía. Era el «enviado de Dios hecho Caudillo», «el sol», «el hijo todopoderoso», «el niño Jesús en el portal de Belén», y por saber, palabras de José María Pemán, sabía incluso «marchar bajo palio con paso marcial y exacto«.
Canonistas, benedictinos, dominicos y otros eclesiásticos pidieron después de su muerte «la instrucción de la Causa de Canonización de Francisco Franco». José María García Lahiguera, arzobispo de Valencia en 1975, había dirigido los ejercicios espirituales a Franco y a su esposa en 1949 y 1953, un honor que también tuvieron el beato José María Escrivá de Balaguer y Aniceto Castro Albarrán, aquel canónigo de Salamanca que ya en 1934 publicara El derecho a la rebeldía. García Lahiguera en la homilía del funeral celebrado por Franco en Valencia resumió sus tres principales virtudes: «Ser hombre de fe; entregado a obras de caridad, en favor de todos, pues a todos amaba; hombre de humildad«.
Hombre de fe, de caridad y de humildad. Así era Franco, «Caudillo de España por la Gracia de Dios», según la inscripción que llevaban todas las monedas acuñadas desde 1946.
La Iglesia y el Caudillo caminaron asidos de la mano durante cuatro décadas. Franco necesitó el apoyo y la bendición de la Iglesia católica para llevar a buen término una guerra de exterminio y pasar por enviado de Dios. La Iglesia ganó con esa guerra una paz «duradera y consoladora», plena de felicidad, satisfacciones y privilegios. La religión sirvió a Franco de refugio de su tiranía y crueldad. La Iglesia le dio la máscara perfecta.
Por eso parece tan extraño, en una sociedad democrática, y a la vez tan lógico, dada esa herencia, que la Iglesia católica vea “inevitable” el entierro de Franco en la Almudena, darle cobijo como “cristiano y bautizado”, y que el Vaticano respalde al arzobispado de Madrid en ese tema. Es una ocasión excelente para que la Iglesia, sin necesidad de tener que revisar ese pasado, rompa el cordón umbilical más de cuarenta años después del fin de la dictadura.
Ya honró a sus miles de mártires con ceremonias de beatificación. Si el cuerpo de Franco acaba en la catedral de Madrid, contribuirá a mantener viva la memoria de los vencedores de la guerra civil y a seguir humillando a los familiares de las decenas de miles de asesinados por los franquistas, quienes todavía no han encontrado la reparación moral ni el reconocimiento jurídico y político después de tantos años de vergonzosa marginación.
Julián Casanova es miembro del Institute for Advanced Study de Princeton.
El colegio del barrio, la iglesia parroquial, monasterios, conventos, ermitas y algunos edificios y conjuntos históricos singulares de la ciudad están indultados. Sus titulares no han de pasar por la caja del Ayuntamiento de Segovia para pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Para los vecinos pueden pasar inadvertidos, forman parte ya del paisaje cotidianamente monumental en el que residen, en el que compran y por el que pasean. Son parte importante de la piel de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Todos esos inmuebles no pasan desapercibidos para el Consistorio, que deja de ingresar en torno a 1,2 millones de euros como consecuencia de la exención del pago del IBI.
La Inspección de Hacienda del Ayuntamiento se ha puesto el mono de trabajo para elaborar un primer listado que recopile todos los edificios liberados de abonar el impuesto local. La concejala de Urbanismo, Patrimonio Histórico y Turismo de Segovia, Claudia de Santos, admite la complejidad que entraña la labor de cuantificar y trasladar a cifras la repercusión de la exención, cuyo paraguas ampara, por ejemplo, a los ‘bendecidos’ con la declaración de Bien Interés Cultural (BIC).
«También hay otros inmuebles catalogados a proteger por tener unos valores o una antigüedad» cuyas propiedades tampoco abonan el IBI, añade la edil. De Santos concibe el beneficio para los propietarios como «una contraprestación y un modo de primar el mantenimiento» de esos bienes, que al fin y al cabo «es muy caro». Este primer inventario sitúa a la Iglesia como la propiedad más favorecida debido al formidable parque inmobiliario que gestiona y conserva y, por ende, la institución que más dinero se ahorra en el recibo del IBI, sin contar al propio Ayuntamiento de Segovia.
Según el estudio, en la ciudad hay 134 bienes de titularidad eclesiástica que no pagan el Impuesto de Bienes Inmuebles. El montante que deja este año de percibir el Consistorio por este concepto es de 465.530 euros, especifica la concejala. De Santos, lejos de querer cargar las tintas, precisa que no deja de resultar algo lógico que sea la Iglesia la que más propiedades tenga liberadas del IBI al poseer una parte importante del rico patrimonio inmobiliario con el que cuenta en la ciudad y que también ha contribuido a que Segovia luzca «con orgullo» el sello de Patrimonio de la Humanidad.
En este catálogo de 134 inmuebles caben edificios acreditados como Bienes de Interés Cultural debido a su alto valor arquitectónico e histórico dignos de estar amparados por esta figura de protección. La inmensa mayoría de estos templos mantienen el culto religioso habitual, como San Justo y Pastor, San Millán, el santuario de la Fuencisla o la ermita del Cristo del Mercado. Otros, los menos, no. Son los casos, por ejemplo, de las iglesias de San Esteban o San Clemente, que solo se abren para actos, conmemoraciones o ceremonias muy específicas. También están incorporadas al inventario de inmuebles de la Iglesia que no pagan el IBI las parroquias de barrio más modestas. modernas y austeras en sus construcciones.
Por otro lado, Claudia de Santos subraya que la disminución de ingresos que cada ejercicio afrontan las arcas municipales está íntimamente relacionada con el IBI que se deja de cobrar. Para muestra, el botón de los más de 465.500 euros que no abona la Iglesia. La edil precisa que también entran en la nómina de indultados otros bienes de carácter religioso que están dedicados a la enseñanza o corresponden a fundaciones, en alusión a los tres centros docentes concertados que hay en la capital y que administran diferentes congregaciones. Se trata del Claret, el colegio de las Madres Concepcionistas y Nuestra Señora de la Fuencisla de los Maristas.
El pasado y presente castrense de Segovia también se asienta sobre un rico patrimonio arquitectónico en el que sobresale el Alcázar, que además acoge el Archivo General Militar de Segovia, que es el fondo histórico nacional más antiguo de las Fuerzas Armadas.
Y si se habla del patrimonio inmobiliario que posee Defensa en Segovia no hay que olvidar la Academia de Artillería, cuyas instalaciones de San Francisco dieron (y dan) continuidad a una tradición militar nacida en el Alcázar en 1764 y que arraigó con el Real Colegio de Artillería. Como enaltece la propia institución castrense, «esta instalación no solo representa una tradición viva, sino también un monumento ligado a la historia de Segovia».
El inventario de inmuebles liberados del IBI concreta que hay diez bienes de titularidad del Ministerio de Defensa que gozan de la exención. El valor de los recibos que el Ayuntamiento no gira a la propiedad es de 279.382 euros, añade la concejala.
A estos y los de Iglesia les faltan todavía un par de sumandos para completar la adición. Uno de ellos agrupa 24 bienes destinados a la enseñanza. Son los colegios e institutos de la capital, que entre sus gastos no está precisamente la factura del IBI. La cuantía que no ingresa al Ayuntamiento por el impuesto del que están liberados los colegios asciende a 341.742. Y por último, los Bienes de Interés Cultural, aval que protege a nueve edificios exentos, lo que supone otros 82.000 euros que no llegan al Consistorio.
La suma de los recibos del IBI de los 177 inmuebles disculpados de la obligación fiscal se aproxima a los 1,2 millones de euros. Este dinero es solo parte del ‘precio’ que ha de pagar Segovia por pertenecer al club selecto de la Unesco de Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Es el valor del principal «sobrecoste» que acarrea la declaración, aunque Claudia de Santos insiste en destacar que «las ventajas son bastantes más que las desventajas».
Esos extras económicos y sociales están relacionados con «la propia estructura de las ciudades y sus entornos patrimoniales», concreta la edil. Por poner un ejemplo, la representante del Ayuntamiento cita el servicio de recogida de basuras, el cual acarrea un «sobrecoste» en forma de lugares a los que los camiones no alcanzan y, por tanto, la recogida se ha de hacer a mano. También la iluminación ha de ser «singular y más cuidada». La lista se alarga con el mantenimiento y conservación de ese entorno monumental. Para muestra, el botón del Acueducto, para el que el Consistorio reserva entre 15.000 y 20.000 euros anuales dedicados a esta labor. La muralla suele llevarse en torno a 10.000. Y a mayores están las inversiones que se hagan en rehabilitación y recuperación, añade Claudia de Santos.
https://www.elnortedecastilla.es/segovia/ayuntamiento-segovia-deja-20181119110937-nt.html
El 20 de noviembre de 1975 el dictador y genocida Franco moría tranquilamente en la cama. Pero previamente había dejado todo “atado y bien atado”, en lo relativo a su sucesión como Jefe de Estado en la persona de Juan Carlos I. De la noche a la mañana los franquistas de todo pelaje y condición se volvieron demócratas para seguir con cargos y prebendas en la nueva monarquía, sin dar muestra de arrepentimiento de su pasado, ni de avergonzarse del mismo.
A pesar del tiempo transcurrido lo esencial no ha cambiado. Los mismos poderes fácticos de antaño siguen dominando la vida del pueblo español. Ahí tenemos el bochornoso caso del Supremo que con la sentencia en el caso de las hipotecas ha fallado a favor de los bancos, demostrando de qué lado está la Justicia del reino de España; los incontables casos de corrupción que salpican hasta la misma Casa Real; la persecución de sindicalistas, twitteros y artistas por manifestar su opinión; las sumas ingentes que sigue recibiendo la Iglesia Católica del bolsillo de todos los españoles; la persecución y demonización del pueblo catalán por querer expresar libremente su opinión; la impunidad del fascismo. Todo ello con el beneplácito de los partidos dinásticos, que dedican todos sus esfuerzos en proteger a la monarquía borbónica.
La lista podría ser más larga, pero para ello se puede recurrir a las hemerotecas. Lo importante es recalcar que por mucho que la monarquía y sus lacayos insistan en defender lo indefendible, el régimen surgido de la Transición es un vertedero insoportable que destila pestilencia por los cuatro costados. A pesar de todo ello los partidos surgidos de la Transición, como los que venían a acabar con el bipartidismo, se afanan en sostener un régimen caduco, cada vez más reaccionario e insufrible para el pueblo, qué tiene que soportar los vaivenes antipopulares de los distintos gobiernos que actúan a sus espaldas.
Vivimos unos momentos donde el fascismo está en auge en el mundo y en Europa, donde las fuerzas fascistas se abren paso hasta llegar a parlamentos y gobiernos, donde las fuerzas fascistas en nuestro país se envalentonan y actúan con una impunidad que las alimenta. Debemos tener claro que solo se le puede hacer frente desde la lucha y organización popular, que tenga por eje la consecución de un nuevo marco político que elimine las bases económicas, sociales y políticas del fascismo: la III República. Por ello es hora de despertar, de tomar las riendas del destino en nuestras manos, de organizarnos, de prepararnos para poder derribar este régimen corrupto. Pero esto no vendrá caído del cielo, solo mediante la organización popular en todos los centros de trabajo, universidades, barrios, etc., será posible acabar con esta situación.
A pesar de todo, el pueblo se está cansado de imposiciones, se sacude el letargo, y vemos cómo barrios y pueblos de Madrid han convocado y van a convocar consultas sobre el modelo de estado, cómo estas consultas se extienden a distintas universidades donde estudiantes, profesores y trabajadores de las mismas hacen llamamientos a su organización. Lo anterior no debe ser el fin, sino una tarea en torno a la cual vayamos creando tejido social y organización popular, deber ser el inicio de un ciclo que lleve al pueblo a ser el verdadero destinatario de un futuro que le fue arrebatado, primero por el 18 de julio y, después, por una Transición engañosa que legitimó el golpe de estado.
¡¡¡Frente al fascismo, unidad y organización popular!!!
¡¡¡Frente al fascismo, III República!!!
¡¡¡Abajo la Monarquía heredera del fascismo franquista!!!
Segovia, noviembre de 2018