HOMENAJE A LOS ÚLTIMOS FUSILADOS DEL FRANQUISMO

27/09/2021


El domingo 26 de septiembre tuvo lugar en el cementerio Civil de Madrid un homenaje a los últimos fusilados y a todas las víctimas del franquismo.


“Felipe VI”, un veneno castrador para la memoria estudiantil. Domingo Sanz

24/09/2021

Para los de mosqueo fácil que antes de seguir leyendo ya están con la demanda en la pantalla defendiendo honores de terceros, advierto que lo de «Felipe VI» no es personal.

Se trata de la marca actual y abreviada de «la monarquía restaurada en 1947 por un dictador que, 31 años después y ya fallecido, pero bajo la batuta del mismo rey que él había nombrado, se coló como forma de Estado en una Constitución a pesar de que quienes mandaban sabían que los votantes habrían elegido república. Con ello cometieron un delito de lesa democracia que, al quedar impune, ha contribuido decisivamente a convertir la sociedad española en el Reino de la corrupción».

Seguro que usted coincide conmigo en que escribir “Felipe VI” consume menos tiempo que la lista de verdades que incluye ese entrecomillado largo que, con todos los detalles que se quieran añadir, sí que debería enseñarse durante la ESO. 

Digo que «debería enseñarse» porque, si los profesores no respetan la verdad, lo más probable es que tengan que responder a preguntas incómodas. ¿Si el dictador se hubiera olvidado de restaurar la monarquía, cree usted que la persona Felipe de Borbón etcétera sería el VI y viviría en La Zarzuela? Por ejemplo.

Antes de entrar en lo que se hace o no se hace en las aulas, conviene recordar que, según la RAE, la segunda acepción de “castrar” es “apocar a alguien o debilitar algo”. En este caso, el “algo” que se “debilita” son muchas memorias en edad de mejorar, siempre que la verdad no encuentre barreras durante el proceso educativo.

Para comparar sin malas intenciones nos preguntamos si la monarquía será igualmente castradora en todos los (pocos) países que aún mantienen reyes o reinas.

¿Enseñan los profesores españoles de ESO el último siglo de historia de la monarquía española con la misma libertad para contar toda la verdad con la que lo hacen los profesores británicos del mismo nivel educativo?

Por si no conoce usted la respuesta, pero sí a estudiantes de ESO que durante el curso pasado hayan estudiado Historia de España, les puede preguntar lo siguiente: ¿Recuerdas si el profesor de Historia de España explicó en clase las lecciones desde la Guerra Civil en adelante, o dijo que no daba tiempo y que para eso está el libro?

Otro día volveremos con lo que ponen y dejan de poner los libros de texto, pero investigaciones realizadas por pedagogos han certificado que muchos profesores deciden aplicar lo de “muerto el perro…”, eludiendo esos contenidos porque quizás no se sienten capaces de curar las “rabias” envenenadas que podrían aflorar durante la exposición de esas lecciones.

Sería demagógico relacionar aquí a “Felipe VI” con la desgracia de que España sea el país de la OCDE con más repetidores en la ESO, según un estudio publicado la semana pasada, pero, en cambio, sí supera la prueba de la lógica el afirmar que “Felipe VI” no ha servido para que los alumnos españoles dejen de ser los últimos en esa fila.

También sorprende que, tras 7 leyes educativas distintas desde 1980, y además orgánicas, no haya sido posible inmunizar a los profesores de Historia contra el veneno castrador que supone “Felipe VI”, pero no nos llamará tanto la atención si también nos enteramos de que hay muchas aulas en las que, de repente, un alumno grita “¡¡Viva España!!” al mismo tiempo que levanta el brazo como los nazis, y que la mayoría de sus compañeros le imiten.

No obstante, si lo pensamos un poco, no deja de ser coherente que los gobiernos, todos, que no han enviado instrucciones indicando al profesorado que debe priorizar los contenidos educativos que expongan la verdad sobre “Felipe VI”, sean los mismos que tampoco han publicado protocolos de actuación del profesorado ante esas manifestaciones nazi franquistas en los centros educativos que, según testimonios de profesores que las han vivido, se han multiplicado desde que Vox consiguió escaños en el Congreso.

La crueldad desplegada por las élites españolas durante los siglos XIX y XX contra su propio pueblo consiguió romper el ritmo que toda sociedad debe mantener en paralelo con cada tiempo que le toca vivir durante este viaje sin final conocido al que llamamos historia.

Por eso, aunque la dictadura franquista estaba condenada a desaparecer años antes de la muerte del golpista, la sociedad española fue tan incapaz de acabar con aquel terrorismo institucionalizado, ya fuera de su tiempo, que hay quien piensa que, si aún viviera el maldito, sería él quien seguiría mandando desde El Pardo, aunque quizás con la versión anterior de «Felipe VI», hoy llamada el «emérito» y también instalada en La Zarzuela, robando inviolable con la misma eficacia.

Y, por eso mismo, aunque hoy el reloj de tiempo reclama ya que toda la verdad sobre “Felipe VI” sea estudiada en la asignatura de Historia de la ESO (con O de Obligatoria), las élites que ahora nos gobiernan siguen sin cumplir con su obligación.  

Iremos terminando como lo hemos hecho muchas veces: ninguna reflexión debe quedar sin la necesaria conclusión en forma de propuesta. Tal como escribió un lector de uno de estos artículos en su comentario, «nos van a seguir odiando lo mismo».

Señor Sánchez, apruebe en el Consejo de Ministros una ley para que, cuando un alumno grite en clase “¡¡Viva España!!” saludando a lo nazi, o chulerias similares, los profesores pidan, a cada uno de los alumnos presentes, la redacción de un texto no más largo que un tweet en el que expliquen lo que creen que significa el acto que acaban de vivir, tanto si se han sumado como si no a tan inaceptable gesto.

Y no admita que desde el ministerio del ramo le respondan, como Ayuso, eso de que “allí no gestionan sentimientos”.

Cuando en 2014 Rajoy y Rubalcaba gestionaron el relevo para que no pareciera que la España post franquista era tan quebradiza como para cambiar de forma de Estado por culpa de un elefante menos, lo que hicieron fue actualizar el nombre de la marca para seguir protegiendo todo lo posible una corrupción que conocían desde siempre, los muy cómplices. Pero lo que menos les importaba, como tampoco les importó ni a Felipe González, ni a Aznar, ni a Zapatero, es el veneno que la marca renombrada «Felipe VI» lleva en su ADN para seguir castrando memorias juveniles de educandos.

¿No le parece, señor Sánchez, que, tras las osadías de Vox con los pines parentales y los himnos nacionales en las aulas murcianas toca probar una democracia más valiente? 

¿O seguirán los gobiernos nacidos de unas urnas tan presumidas como corruptas por la financiación ilegal de algunos partidos dejando la militancia democrática sólo para los humoristas?

También me tienta pedirle a Felipe de Borbón etcétera que abandone para siempre La Zarzuela y acabe así con el veneno que «Felipe VI» representa para millones de memorias juveniles, pero me temo que el futuro de la sociedad que está reinando le importa bastante menos que un bledo.


Nuestra memoria: Prisión Central de Cuéllar

22/09/2021

Poca gente sabrá que en el castillo de Cuéllar estuvo ubicada desde 1938 hasta el 30 de julio de 1966, una prisión destinada a retener a los presos republicanos que la dictadura franquista iba deteniendo a partir del golpe de Estado y también una vez que concluyo la Guerra Civil. Como la fortaleza se encontraba en un estado lamentable de abandono, fueron los propios  presos que llegaron los encargados de realizar las obras para su adaptación como prisión. A su cargo quedaron trabajos como la colocación de rejas, la modificación de salas y la construcción de otras nuevas, con lo que el monumento más emblemático de la villa se convirtió en un castillo-prisión, en el que intentaron sobrevivir cientos de reclusos.


TÚ, YO, NOSOTR@S, TOD@S. QUEREMOS SER MÁS, QUEREMOS QUE SE OIGA NUESTRA VOZ

21/09/2021

Después de superar duros momentos a causa del COVID19 retomamos la actividad presencial. Si estás interesad@ en asistir a nuestras asambleas o colaborar con el CRAM contáctanos en colectivorepublicanoamachado@yahoo.es o a través de nuestras RRSS y te informaremos. ¡Te esperamos!


¡CONTRA A ESTAFA DAS ELÉCTRICAS!

20/09/2021

O pasado 1 de xuño entraba en vigor no Parlamento Español a nova tarifa da luz, aprobada a mesma polo autodenominado “goberno máis progresista” da farsa chamada Transición. Así pois, a clase traballadora de Galicia, e tamén do resto do Estado Español, estamos a padecer desde hai meses un incremento desorbitado nos prezos das facturas eléctricas, o cal repercute directamente na estabilidade da maioría social.

Os prezos dos recibos da luz, xa altos de por sí antes do “tarifazo”, dependen esencialmente de tres principios: o negocio que fan as empresas coa enerxía, os altos impostos que non repercuten no noso benestar e os gastos fixos regulados. E o maior beneficiario desta suma agora mesmo é a oligarquía no poder.

É evidente, por tanto, que se facemos unha lectura adecuada do que sucede, efectivamente atopámonos diante dun descarado engano. O que pagamos por un ben común como é o da enerxía non se corresponde co que custa xerar o mesmo. É un feito de facto, que os monopolios enerxéticos só miran polos seus beneficios, e fano con elevadas cifras. Endesa pechou o ano 2020 cun beneficio de 1.394 millóns de euros; Iberdrola, con 3.610 millóns e Naturgy, con 490 millóns.

Fronte ao saqueo e a especulación, as distintas receitas dos partidos políticos do réxime, armazón que blinda os intereses dunha casta parasitaria a cal compra á clase política mediante recompensas nos consellos de administración de empresas eléctricas, só achegan populismo e oportunismo a un problema que é de alta gravidade. Nin a creación dunha empresa estatal pública, cando hai contratos gubernamentais de anos por diante coas eléctricas o cal supón un timo en si mesmo, nin unha tarifa eléctrica galega, insolidaria co resto de pobos do Estado e que ninguén asegura por iso que sexa máis baixa, van solucionar algo respecto disto.

A historia da loita social no noso país demóstranos que só a nacionalización das eléctricas e o control democrático das mesmas vai facer posible o benestar social. E para iso, fai falta que a esquerda rupturista artelle unha fronte común republicana, involucrándose a mesma na organización das capas populares en cada mobilización, facendo pedagoxía sobre as mesmas nestes tempos de desafección política, para conquistar o ben común e blindalo.

Diante desta tarefa, desde a Plataforma Galega pola Terceira República chamamos, por unha banda se es republicana ou republicano á participación activa nun espazo plural e democrático como é o noso, e doutra banda a avanzar cara a un encontro aberto entre os sindicatos de clase, as asociacións sociais e os partidos políticos da esquerda transformadora crean urxente construír a unidade popular desde abaixo para, entre outras cousas, loitar polo que é noso.

¡POLA NACIONALIZACIÓN DAS ELÉCTRICAS!
¡POLA LOITA CONTRA O CAPITAL!
¡POLA REPÚBLICA!

Plataforma Galega pola Terceira República

CONTRA LA ESTAFA DE LAS ELÉCTRICAS

El 1 de junio entró en vigor en el Parlamento español la nueva tarifa eléctrica, aprobada por el autoproclamado «gobierno más progresista» de la farsa llamada Transición. Así, la clase trabajadora en Galicia, y también en el resto de España, venimos sufriendo desde hace meses un aumento desorbitado de los precios de las facturas de la luz, lo que repercute directamente en la estabilidad de la mayoría social.

Los precios de las facturas de la luz, ya elevados en sí mismos antes de la «tarifa», dependen fundamentalmente de tres principios: el negocio que hacen las empresas con la energía, impuestos elevados que no afecten nuestro bienestar y costes fijos regulados. Y el mayor beneficiario de esta suma en este momento es la oligarquía en el poder

Por lo tanto, está claro que si hacemos una lectura adecuada de lo que está sucediendo, nos enfrentamos a un engaño flagrante. Lo que pagamos por un bien común como es la energía no se corresponde con lo que cuesta generarlo. Es un hecho de facto que los monopolios energéticos solo miran sus ganancias, y lo hacen con cifras altas. Endesa cerró el año 2020 con un beneficio de 1.394 millones de euros; Iberdrola, con 3.610 millones y Naturgy, con 490 millones.

Frente al saqueo y la especulación, las diversas recetas de los partidos políticos del régimen, un marco que resguarda los intereses de una casta parasitaria que compra la clase política a través de recompensas en los directorios de las empresas eléctricas, solo traen populismo y oportunismo a un problema que es de alta gravedad. Ni la creación de una empresa pública estatal, cuando hay contratos gubernamentales de años por delante con las eléctricas lo que supone una estafa en sí misma, ni una tarifa eléctrica gallega, desfavorable con el resto de municipios del Estado y que nadie asegura por eso, por lo que es menor, resolverán algo al respecto.

La historia de la lucha social en nuestro país nos muestra que solo la nacionalización de las centrales eléctricas y su control democrático harán posible el bienestar social. Y para eso, es necesario que la izquierda rupturista articule un frente republicano común, involucrándose en la organización de las capas populares en cada movilización, haciendo pedagogía sobre ellas en estos tiempos de desafección política, para conquistar el bien común y blindarlo.

Ante esta tarea, desde la Plataforma Gallega para la Tercera República llamamos, por un lado si eres republicana o republicano a la participación activa en un espacio plural y democrático como el nuestro, y por otro lado a avanzar hacia un encuentro abierto entre los sindicatos de clase, las asociaciones sociales y los partidos políticos de la izquierda transformadora crear urgentemente para construir la unidad popular desde abajo para, entre otras cosas, luchar por lo nuestro.

¡POR LA NACIONALIZACIÓN DE LA ELECTRICIDAD!

¡POR LA LUCHA CONTRA EL CAPITAL!

¡POR LA REPÚBLICA!

Plataforma Galega pola Terceira República


Juancar, el rey proscrito. Aníbal Malvar

16/09/2021

Nuestros periódicos de derechas ya no saben cómo abordar el delicado asunto de la corrupción borbónica. Cuando, no ha tanto, la revista Forbes y otros medios extranjeros calcularon la fortuna oculta de Juan Carlos I en unos 2.000 millones de euros, la horda mediática vasalla salió clamando que los periodistas extranjeros no tienen ni puta idea. ¿Quién quiere a Woodward y Bernstein teniendo aquí a Eduardo Inda y a Paco Marhuenda? Los prebostes mediáticos de esta triste matria dieron una explicación delirante a aquellas informaciones: Forbes había confundido los bienes de Patrimonio Nacional de los que goza la manada borbonesca con la fortuna privada, informaron al crédulo populacho. Pero al poco tiempo aparecieron los millones suizos de Corinna y el cuento de la inepcia periodística foránea se derrumbó.

Nuestra prensa más carpetovetónica pasó entonces al plan B: presentar a Corinna como una amante despechada y a Juancar como víctima de sus pérfidos encantos. Muy feminista, como habréis apreciado.

Yo creo que no coló, pero al aparecer otras gavillas de billetes negros veraneando en paraísos fiscales, fue necesario activar el plan C: el cadáver viviente de Juan Carlos fue depositado en el moridero mediático y el coro borbónico entonó el canto gregoriano de la ejemplaridad del nuevo rey frente a su padre. Poco dura la alegría en casa del borbón, y al rato se supo que Felipe VI era beneficiario de alguna de esas siniestras cartillas de ahorro suizas.

La estrategia comunicativa borbónica se volvió entonces estupefaciente: básicamente, consistió en exculpar a Felipe VI señalando que no se enteraba, pues, si no, no se explica que un tipo con todo el aparato del Estado a su servicio no tenga información sobre sus propias cuentas suizas y las andanzas de su padre. La estrategia había funcionado muy bien con la infanta Cristina, cuando se la exculpó de cualquier responsabilidad en el caso Urdangarin aduciendo que no se enteraba de dónde salía la fortuna que dilapidaba junto a su marido. De nada nos había servido a los españoles pagarle a la señora la licenciatura en Ciencias Políticas, el máster en Nueva York y las prácticas en la Unesco. Lo que Natura no da, Salamanca no lo presta (salvo a Cristina Cifuentes y Pablo Casado, of course).

Y ahora, después de la exitosa estrategia del tonto del haba, ABC ha emprendido un nuevo camino, lleno de fantasía y aventuras, en defensa de la dinastía borbónica: Juan Carlos I es un perseguido judicial, cual vulgar titiritero o raperillo. Es el Julian Assange de las monarquías europeas.

«Que Don Juan Carlos cometiera ilegalidades no justifica que se le prive de garantías procesales elementales», editorializa el torcuatiano diario. «Don Juan Carlos es uno más ante la ley, debe ser tratado como uno más ante la justicia. No está siendo así», sentencia. El editorial se titula Si es uno más, como a uno más, y si te lo lees entero te acaba entrando una penita muy honda y española por los trágicos destinos que está sufriendo el pobre Juancar en su castillo de If de Abu Dhabi. Dentro de poco nos sacan una colecta en internet para pagarle un abogado de oficio.

El implacable perseguidor de nuestro arquitecto transicional es el pérfido fiscal suizo Ives Bertossa. En toda buena fábula ha de haber un buen malo.

Viene a decir ABC que Bertossa maneja en la sombra los hilos de nuestra Fiscalía cuando califica a Juan Carlos de «comisionista internacional». «La Fiscalía transmite la imagen de que realmente no es más que una sucursal del fiscal suizo Bertossa, quien dosifica a su conveniencia informaciones de personas cercanas a Don Juan Carlos». Bertossa es el Lex Luthor de la judicatura europea, nos sugiere el honorable diario madrileño.

Titular de portada de hoy mismo: Juan Carlos I culpa a la fiscalía de acusarle sin pruebas. En la persona de un solo rey, los españoles hemos gozado en pocos años de un monarca ejemplar, un soberano presuntamente pilluelo y faldero, un rey presuntamente comisionista y, ahora, un rey proscrito. La leyenda continúa.

Le propongo a nuestra prensa borbónica que ahora nos cuente que Juancar no es comisionista, sino que lleva años trabajando en la sombra para devolver a España el oro de Moscú, robado por los rojos. De ahí las abultadas cuentas suizas y paradisiacas de origen inexplicable, que no podía hacer públicas pues eso pondría en peligro la arriesgada misión. Yo creo que esto, los españoles, también nos lo tragábamos. Estamos acostumbrados a leer cuentos de realismo mágico borbónico. Solo nos falta un personaje al que le salgan mariposas amarillas por el coño. Aparecerá.

Juancar, el rey proscrito


En memoria de Manuel Fernández Márquez

14/09/2021

A petición de la Coordinadora 14 d’abril el Ayuntamiento de Sant Adrià del Besos ha inaugurado, el pasado sábado 4 de septiembre, una placa de memoria en el lugar que fue asesinado. Memoria histórica de lucha a pie de calle, reivindicación a vida o a muerte, no en despacho o en salón.

Manuel Fernández Márquez 27 años, Manuel García Caparros 19 años, Yolanda González Martín 19 años, Cipriano Martos Jiménez 31 años, Pedro Patiño Toledo 33 años, Enrique Ruano Casanova 22 años, Francisco Sauquillo Pérez del Arco 30 años, Javier Verdejo Lucas 19 años y tantos y tantos otros, cada uno con su nombre y apellidos. Centenares de trabajadores, sindicalistas y estudiantes asesinados durante el franquismo y la modélica transición. Héroes anónimos la mayoría olvidados, pertenecientes a sindicatos y formaciones políticas combativas, dispuestos a luchar por la justicia y la libertad.

          “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños,

          haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.

          Eduardo Galeano

Miraba una fotografía de Manuel, es en blanco y negro de los años 70, con las esquinas recortadas. Un hombre mirando con una sonrisa franca al fotógrafo. Un rostro feliz de un joven corriente vestido con americana oscura y corbata. Tiene el pelo rizado y lleva un clavel en la solapa, quizás del día de su boda. Un hombre que no pudo terminar su jornada laboral, que no pudo besar a su mujer y a su hijo pequeño. Un hombre que no sintió como aquella dictadura se terminaba en blanco y negro en una cama de hospital en Madrid. Un hombre que no vio la sangre derramada para dejar atrás el franquismo y conseguir una transición con una democracia tutelada.

Algunos acontecimientos del año 1973 marcaran el final del siglo XX. Están relacionados entre si y son de plena actualidad en estas fechas. El 29 de mayo Estados Unidos se retiró de Vietnam del Sur, hace una semana abandonaba Afganistán después de 20 años. El 17 de octubre se produce una crisis energética a escala mundial, estos días el precio de la electricidad se ha doblado. El 20 de diciembre murió en atentado el Presidente del Gobierno el almirante Luis Carrero Blanco, aun hay nombres franquistas en las calles de Madrid después de 46 años.

Hay un hilo conductor entre ellos. Manuel trabajaba para un prestamista de Construcciones Pirenaicas. En la obra de las tres chimeneas, para la central térmica del Besos de la empresa Fuerzas Eléctricas de Catalunya. Hoy las chimeneas son testigos mudos de lo que sucedió aquellos días, esculturas de hormigón que vigilan desde la playa la línea del horizonte.

Siguiendo el hilo, COPISA era una filial de FECSA empresa fundada, en 1952, por el banquero franquista Juan March, por la compra fraudulenta y especulativa de la Canadenca. Las reivindicaciones obreras venían de lejos, en febrero de 1919 la huelga de la Canadenca paralizó la actividad industrial en Catalunya, consiguieron la jornada laboral de 8 horas, el seguro medico, readmitir a los despedidos y otras reivindicaciones laborales. Desde los años sesenta se había incrementado las protestas en la calle. En 1973 la carestía de la vida movía las reivindicaciones de la lucha obrera que pedían: un aumento salarial, una jornada laboral de 40 horas, cobrar el salario íntegro en caso de enfermedad y tener derecho a reunirse en la empresa. La huelga no estaba permitida y la represión era muy dura. A principios del mes de abril las calles y las plazas olían a primavera. La muerte vino temprano entre las olas que bañaban la arena y las traviesas de madera de las vías. El martes 3 de abril, Manuel cayo por un disparo frente a los railes del tren en Sant Adrià. Al conocerse la noticia la protesta se extendió con rapidez por toda la zona, paralizando toda la actividad laboral y comercial.

“Morir en el mar,

          donde las olas rugen en tu cabeza

          y el agua balancea tu cuerpo

          como un barco perforado”.

          Abdel Wahab Yousif

joven poeta sudanés que, agosto de 2020, murió ahogado en el Mediterráneo frente a la costa Libia.

Posteriormente otro mes de abril, pero de 1979, el  nuevo ayuntamiento de Sant Adrià recién elegido en las urnas, decidió cambiar los nombres de las calles franquistas. La avenida del Capitán General de la armada Carrero Blanco, en la Mina, se llamará desde entonces calle de Manuel Fernández Márquez.

Hoy nuestras banderas rotas en las luchas ondean al viento. El tiempo derrota a los hombres y los nombres de las calles son olvidados. Por eso estamos aquí año tras año, quizás somos pocos, quizás estamos divididos no lo se. Pero no olvidamos la memoria de todos los que lucharon y dieron su vida por la libertad. Seamos serenos y alegres, valientes y osados, como dice la letra del himno de Riego y probablemente el futuro será nuestro.       

Salud y República a todos

Joaquín Soler, arquitecto

Vocal de la Junta Federal de Unidad Cívica por la República UCR.


El comunismo y Álvarez de Toledo, unas cuantas cosas claras. Daniel Bernabé

08/09/2021

A menudo ser pionero te reporta poco reconocimiento y muchos problemas. Miren a Cayetana Álvarez de Toledo, la apuesta de Pablo Casado como martillo de herejes en la portavocía del Congreso, que fue defenestrada cuando el inconsistente líder popular decidió fingir centrismo al inicio del anterior curso político. Luego, entre las prisas y el miedo al fin de una carrera llena de derrotas, presión de Vox y Ayuso mediante, Casado volvió a la línea del hostigamiento macarra: no importa si lo que se dice del Gobierno es cierto o falso, lo que importa es buscar su ilegitimidad. Por eso tienen ustedes a Cuca Gamarra, sustituta en la portavocía del PP, tan perdida como su propio partido. Con tanto giro de libreto la función resulta poco creíble: no puedes poner a María Reiner, la monjita de Sonrisas y lágrimas, a actuar en Salvar al soldado Ryan.

Imagino que Álvarez de Toledo, en la umbría de su escaño, debe de estar pasándolo mal, revolviéndose, pensando que no se puede poner a un caniche a hacer el trabajo de un bulldog. Llegas la primera, abres una senda a machetazos para que al final otras acaben en primera línea mediática, que en política es lo que marca tu importancia o tu intrascendencia. Por eso, de vez en cuando, Álvarez de Toledo necesita reivindicarse, por encima de advenedizas como Ayuso o de despistadas como Gamarra. De ahí que el lunes registrara en el Congreso una importante pregunta para el desarrollo de la actualidad nacional: “¿Cómo justifica la vicepresidenta segunda su apología de una consigna política que ha justificado millones de muertos?”.

La vicepresidenta segunda es Yolanda Díaz; la apología, el prólogo que ha realizado para una reciente edición del Manifiesto Comunista. Quizá ustedes se pregunten para qué dedicar unas palabras a un número de promoción de Álvarez de Toledo. Puede que no les falte razón. Quizá es hora, por contra, de recoger el guante y de dejar unas cuantas cosas claras. Un día te acuestas en un país donde el Partido Comunista fue uno de los protagonistas de la Transición y redactor de su Constitución, al siguiente te levantas y el macartismo campa a sus anchas, hay comisiones de actividades antiespañolas y los delatores esperan su turno a ver si les cae un estanco o una portería. Una estrategia desenfadadamente mezquina ha sido más de una vez la antesala del desastre.

Primero vayamos con los millones de muertos. Sí, bajo el comunismo se han practicado atrocidades contra los derechos humanos, eso es innegable. Tanto como bajo el fascismo pero también el liberalismo, ideología de la que la Unión Europea y las democracias occidentales hacen gala, algo que incomoda mucho reconocer. La explicación es histórica: las tres ideologías de la modernidad tenían un fuerte componente de nueva ordenación social y no dudaron en utilizar la violencia para imponerlo. El siglo XIX y el XX carburaron con sangre, dinero y lucha de clases, como el XXI, salvo que ahora ponemos un filtro de Instagram o hacemos un bailecito en TikTok y se nos olvida.

A nadie que prologue a Adam Smith se le acusaría de hacer “apología de una consigna política que ha justificado millones de muertos”. Si por muertos es, nos ponemos a contar los desmanes del imperialismo británico, cuna liberal por excelencia. Las justificaciones atroces, a menudo racistas, que el Reino Unido empleaba para asegurar que sus intereses estaban por encima de los países invadidos, fueron votadas por diputados liberales y aplicadas por Gobiernos liberales. También podemos recordar las excelentes relaciones de Churchill con Musolini, al que calificó de la mejor vacuna contra el socialismo. No les gusta leerlo, pero detrás de cada soldado de las SS hubo antes un casaca roja practicando las mismas fechorías.

Sería ridículo, por otro lado, culpar de determinados crímenes a Adam Smith –su estudio económico fue clave para hacer avanzar esta ciencia–, tanto como culpar a Marx de los perpetrados en su nombre. Liberales hubo muchos, también los que se oponían al absolutismo, como en España: contra Riego se levantaron los mismos que lo hicieron contra la II República. El marxismo se aupó sobre el liberalismo para introducir un nuevo concepto, el de clase, o cómo los derechos no eran iguales para todos dependiendo del dinero. Gracias al socialismo se pasó del sufragio censitario, al que los liberales no ponían objeción, al universal. Gracias al socialismo existe el derecho a la educación, a la salud, al descanso o a unas condiciones laborales dignas. Fue lo que tuvo organizar a las masas de trabajadores en un objetivo común. También que la URSS y sus aliados ganaran la guerra contra la Alemania nazi. Cuando el fascismo machacaba España, unos años antes, desde el liberal Londres se miraba a otro lado: luego soportaron el blitz.

Todo esto, Álvarez de Toledo –sin duda una mujer de amplia formación– lo sabe. Tanto como que desde los años 50, en la Europa occidental, se desarrolló un comunismo que pretendió jugar bajo las reglas de la democracia liberal. En Italia, donde se inició la idea, la CIA y sus secuaces manipularon elecciones, perpetraron atentados y organizaron secuestros para evitar que el eurocomunismo cuajase. En Francia se llegó al autogolpe de Estado. En Chile se masacró a los marxistas que llegaron al Gobierno por las urnas. En España la ultraderecha asesinó a centenares de personas, entre ellas a los Abogados de Atocha, para intentar que el PCE y CCOO cayeran en la provocación y así eliminarlos como actores en la construcción de la democracia. Los comunistas, en este país, dieron su vida y su libertad para que la señora Álvarez de Toledo pueda decir, liberalmente, lo que quiera desde la tribuna del Congreso. Que no se nos olvide.

Pero el problema, como advertía, no es sólo de memoria, de honradez con el pasado o de ruptura del consenso constitucional para invalidar a uno de los actores de nuestro juego político. Es de presente. Uno donde la derecha parece haberse conjurado con los ultras para provocar en España una restauración reaccionaria: lo que perdieron en 1979 lo quieren recuperar en nuestros días. Ahora saben que los comunistas son menos, que los sindicatos no son tan fuertes y que la clase trabajadora, aun existiendo, no se percibe a sí misma y, por tanto, no hace valer sus intereses. Y por eso arengan a los suyos, la liberal clase media, para meterles el miedo en el cuerpo: no hay nada más peligroso que un pequeño-burgués asustado.

Saben –y esto no es una opinión, es un hecho– que Yolanda Díaz aplica políticas socialdemócratas, las que puede o le dejan, bastante menos ambiciosas que las que se aplicaban en toda Europa en las décadas que transcurrieron desde 1945 a 1990. Que su intervencionismo es, incluso, menos profundo del que llevó a cabo la democracia cristiana cuando su única posibilidad de gobernar era competir con la izquierda en medidas sociales. ¿Saben quién provocó ese cambio de centro de gravedad? Millones de comunistas en toda Europa occidental y unos cuantos tanques en la Europa oriental. También convendría no olvidarlo.

En este país que buscan los radicales de derecha, los comunistas son, como siempre, los primeros en ser señalados. Se necesita la vuelta del concepto de los “malos españoles”, la herramienta para situar fuera del juego político, incluso de la sociedad, a aquellos que no comulguen con este aterrante proyecto. Seguramente muchos de ustedes no se identifiquen dentro del epígrafe del comunismo, incluso puede que alguno sea liberal, en la encomiable tradición española contra absolutismos y concentraciones de poder. No se equivoquen: la pregunta de Álvarez de Toledo, el populismo de Ayuso, la mirada lúgubre de Abascal, también van contra ustedes.

https://www.infolibre.es/noticias/opinion/columnas/2021/09/08/el_comunismo_alvarez_toledo_unas_cuantas_cosas_claras_124244_1023.html


La Transición española: Unión do Povo Galego

07/09/2021

Durante los últimos años del franquismo y los primeros años de la Transición actuaron dentro del Estado español, diferentes organizaciones políticas, que entendían que el aparato represivo y administrativo de la dictadura no iba a caer por la simple acción política. Por ello, dentro de su programa también incluían acciones armadas. Hoy todo ello se trata de ocultar deliberadamente por la nueva cultura política nacida tras la Transición, que intenta vender la misma como un periodo sin lucha, ni represión por parte del aparato franquista, el cual se negaba a abandonar el poder. Además de vendernos el falso mito que todos estaban por la democracia. Las consecuencias las seguimos pagando a día de hoy.

Dentro de este conglomerado de fuerzas, hoy nos detenemos en Unión do Povo Galego.

La formación de Estudantes Revolucionarios Galegos (ERGA) por parte de Manuel Mera en 1972 será el momento cuando la UPG comience a aumentar su base social, a lo que le siguió en primavera de 1973 la formación del Fronte Obreira de la UPG dirigida por Moncho Reboiras y al año siguiente Comisións Labregas.

Por otra parte, desde 1970 había voces dentro de la UPG que postulaban la necesidad de una fase armada en el marco de la revolución nacional-popular y con el apoyo de ETA (pm) la UPG formó un Fronte Armada con el que realizó algunos atracos, pero en agosto de 1975 la Policía franquista dio muerte a Moncho Reboiras y detuvo 4 miembros del grupo armado.

La dirección de la UPG pasó a establecerse en Portugal y aunque se realizaron aún algunos actos conjuntos con ETA la UPG dejó de realizar acciones armadas dando prioridad a la acción política para lo cual apoyó a la Asemblea Nacional-Popular Galega (ANPG), la cual se presentó públicamente en enero de 1976 y tenía como objetivo la formación de un gobierno gallego provisional tras tomar el poder.