El infierno está lleno de curas. Jose A. Pérez Ledo

28/08/2019

El Papa dice que la guerra y el terrorismo son pérdidas graves para la humanidad

Solo Dios sabe lo que pasa en el seno de la Iglesia católica. O tal vez ni Él.

Como en toda organización inflexiblemente jerárquica (el ejército, la mafia, las bandas terroristas), la Iglesia prefiere lavar sus trapos sucios en casa y con la puerta bien cerrada. El problema es que, según parece, no hay lavadoras en el mundo para tantísima mugre. Y, a medida que pasan los años, la porquería se va acumulando en la casa del Señor, desbordando las ventanas y derramándose a la vía pública. A la vista de todos.

Hace unos meses, la Fiscalía General del Estado recordó a la Iglesia que debe poner en conocimiento de la justicia cualquier denuncia o sospecha de abusos que llegue a sus oídos. La iglesia respondió con la omertá. Si realmente existe un registro con los abusos cometidos por curas españoles, permanecerá, como los códices litúrgicos de la Edad Media, tras una vitrina antihumedad en las catacumbas de algún templo sagrado.

En los últimos siete años, los abusos denunciados en nuestro país no han dejado de aumentar. Uno en 2012. Dos en 2013. Tres en 2014. En lo que llevamos de 2019 suman ya más de treinta. El coraje de las víctimas que se atreven a contar y a revivir su pesadilla está fuera de toda duda. El sufrimiento que han padecido y que todavía padecen es evidente para cualquiera salvo para la jerarquía católica, siempre del lado del débil salvo cuando el débil fue violado por uno de los suyos.

Que la Iglesia ha hecho y hace obras de enorme importancia social es una obviedad en la que se escudan quienes pretenden enterrar sus pecados. Tal vez hayan roto unas cuantas vidas, pero ahí está Cáritas. Es posible que cobijen a depredadores sexuales, pero Vicente Ferrer. No hace falta ser teólogo para ver las deficiencias éticas del razonamiento.

Se preguntan algunos, y es una pregunta legítima, cuándo se convirtió la Iglesia en un refugio de pederastas. Tal vez lo fue siempre, quizás está en su naturaleza. O tal vez sean solo unas pocas manzanas podridas entre una multitud de hombres y mujeres justos demasiado acostumbrados a mirar para otro lado. No hay manera de saberlo.

En dos mil años de historia opaca hay tiempo de sobra para cometer toda clase de tropelías. Tenemos un buen registro de las que perpetraron fuera de las alcobas, pero apenas intuimos lo que ocurrió dentro. Una cosa sí parece clara a estas alturas: el infierno debe de estar lleno de curas.

https://www.eldiario.es/zonacritica/infierno-lleno-curas_6_935866420.html


EN RECUERDO DE MARIANO QUINTANILLA.

23/08/2019

Resultado de imagen de mariano quintanilla

Quintanilla Romero, Mariano. Segovia, 22.XI.1896 – 22.VIII.1969. Historiador y poeta.

Nacido en una familia burguesa, Mariano Quintanilla hizo sus estudios primarios y su bachillerato en Segovia. Con tan sólo dieciséis años, colaboraba en numerosos periódicos y revistas, como El Adelantado de Segovia,Arlequín, Diario de Avisos, Tierra de Segovia, Segovia Republicana y otros.

Posteriormente se licenció y se doctoró en Derecho y en Filosofía y Letras. Terminado su servicio militar, se incorporó al Colegio de Abogados y tras obtener el título de abogado del Estado, trabajó unos meses en la Delegación de Hacienda de Segovia. Sin embargo, su vocación era la enseñanza. Comenzó como ayudante de Filosofía en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid y más tarde en el Instituto General y Técnico de Segovia. En éste coincidió con Agustín Moreno y Antonio Machado, entre otros y, como alumna, con María Zambrano, con quien mantuvo una larga amistad.

En 1928 ganó la Cátedra de Filosofía y fue trasladado al Instituto de Osuna y poco después a Zamora.

En esta ciudad fue protagonista el 14 de abril de 1931 de los actos de proclamación de la Segunda República Española.

Nombrado por Miguel Maura, fue gobernador civil de la provincia de Zamora desde octubre de 1931 hasta junio de 1932. Desde septiembre de ese año hasta 1936, estuvo en el Instituto Calderón de la Barca de Madrid. Durante estos años, fue inspector de los Cursillos de Filosofía celebrados en Madrid y Barcelona, vocal de la Junta Dictaminadora de los Libros de Texto para la Segunda Enseñanza de la Sección de Filosofía y Ciencias Sociales, vicepresidente de la Asociación de Doctores y Licenciados Catedráticos de Instituto, secretario y director del Centro.

En septiembre de 1935, contrajo matrimonio con Victoria Elena García.

Durante la Guerra Civil, estuvo en dos institutos de Valencia. Al acabar la contienda, fue detenido y encarcelado por “auxilio a la rebelión”; aunque sólo estuvo en la cárcel seis meses, sufrió un Expediente de Depuración por el cual fue separado de la cátedra y expulsado del Colegio de Abogados.

Reintegrado en la enseñanza en 1948, estuvo en centros de enseñanza de diversas localidades: hasta llegar al Instituto Cardenal Cisneros, donde alcanzó la jubilación.

Mariano Quintanilla nunca perdió el contacto con Segovia. En noviembre de 1919, junto con otros intelectuales segovianos y Antonio Machado, recién llegado a la ciudad, había fundado la Universidad Popular Segoviana, heredera de la Sociedad Económica de Amigos del País. Su objetivo era llevar y difundir la cultura entre el pueblo mediante clases, cursos, conferencias, publicaciones, excursiones, exposiciones, conciertos, etc.

En 1950 por iniciativa de Quintanilla se adquirió la casa en que vivió Machado durante su estancia en Segovia, convirtiéndose en Casa-Museo y desde 1955 la Universidad Popular se transformó en Academia de Historia y Arte de San Quirce, también a instancias de Quintanilla.

Junto con Juan Vera y Ángel Revilla, Quintanilla llevó a cabo la reedición de la Historia de Segovia de Diego de Colmenares.

El pensamiento político de Quintanilla aparece en su discurso “El sentimiento Patriótico” y en su artículo “El peligro de la incivilidad”, el cual se fundamenta en su concepción humanista del mundo y de la vida y en su confianza en la libertad.

Como historiador, escribió sesenta y seis trabajos relacionados con la ciudad de Segovia, publicados en Estudios Segovianos, desde 1949 a 1968. Publicó, además, cincuenta y cuatro documentos históricos exhumados de los archivos segovianos, aportación inestimable para conocer la historia de Segovia.

Su obra como poeta se recoge en las revistas Manantial y Poemas de ayer y en “La Página Literaria” de El Adelantado de Segovia, dirigida por José Rodao.

Obras de ~: Ignacio Carral, Segovia, Universidad Popular Segoviana. Imprenta Carlos Martín, 1936; “Pedro de Brizuela, Arquitecto del Ayuntamiento de Segovia”, en Estudios Segovianos (ES) (Segovia), I, n.º 1 (1949), págs. 21-40; “Daniel Zuloaga y el Segovia de su tiempo”, en ES, II, n.º 4 (1950), págs. 55-85; “La biblioteca de Colmenares”, en ES, III, n.º 7 (1951), págs. 127-137; “El pensamiento de Antonio Machado”, en ES, IV, n.º 11 (1952), págs. 369-382; “El arquitecto Gutiérrez de la Cotera”, en ES, VII, n.º 19 (1955); “Plateros segovianos”, en ES, VIII, n.os 22-23 (1957), págs. 163 y ss.; “Algunas notas sobre artífices segovianos”, en ES, XIV, n.os 40 y 41 (1962), págs. 71 y ss.; “Índices de periódicos segovianos. El Arco Iris (1886)”, en ES, XVIII, n.º 52 (1966), págs. 5-30; “El ‘Aparatote la Historia de Segovia’ de Colmenares”, en ES, XX, n.os 59-60 (1968), págs. 203-214.

http://dbe.rah.es/biografias/53751/mariano-quintanilla-romero


Presentación del libro: El maestro, la escuela y la aldea y otros textos pedagógicos

22/08/2019

IMG-20190820-WA0008


Me llamo Maruja Mallo y siempre quise romper todas las cadenas. Susana Hernández

19/08/2019

<p>Maruja Mallo.</p>

Maruja Mallo (Lugo, 1905 – Madrid, 1995)

¿Saben cómo me definió Salvador Dalí? Dijo que era “mitad ángel, mitad marisco”. Así que las flores que les cuente de mí atribúyanselas al ángel que habita en mí. El ruido, lo que no entiendan, cosas del marisco. Soy Maruja Mallo y siempre quise romper todas las cadenas. Hacer como si no existieran, vivir sin trabas, inventarlo todo. Por eso cuando llegué a París en 1932 tenía que ir a parar irremediablemente a los brazos del surrealismo, donde andaban quienes querían dinamitar las convenciones. Como yo. Lo mío fue siempre pintar y pintar y pintar. Entré en la Real Academia de Bellas Artes en 1922. Era la cuarta de catorce hijos, así que si llegué ahí podía llegar a cualquier parte. Déjenme contarles cómo éramos entonces. Yo andaba en los felices veinte con Palencia y Alberto, otros dos artistas, y “recuerdo un día magistral y meteórico en que paseábamos por el cerro cuando se desencadenó una tormenta estallante con lluvia torrencial, relámpagos y truenos. Unos campesinos, a lo lejos, nos gritaron: ‘¡Arrójense al suelo!’, y Alberto les contestó: ‘¡No nos alcanzarán los rayos porque somos inmortales!’. Y tenía razón: éramos, somos inmortales. Madrid lo era todo. Estaban Lorca y Dalí, pero también Alberti y Concha Méndez y Josefina Carabias y María Zambrano y Margarita Manso, y también Ramón Gómez de la Serna. “Ramón era Madrid y Madrid era Ramón. En Pombo encontrabas un día a Le Corbusier, otro a Stravinsky”. Con mis pinzas lo atrapaba todo, lo vivía todo, enseñaba cuanto aprendía, lo compartía. Salí por los caminos de España con las Misiones Pedagógicas, estábamos llenos de porvenir. Luego vino la guerra y la victoria de los franquistas acabó con ese estallido de vida y de proyectos, y de ímpetu femenino y de afirmación de las mujeres. Salí camino de Portugal, donde me recogió Gabriela Mistral. Y empezó mi inagotable y dichoso romance con América. Su vegetación y sus colores, y los rostros de sus gentes, entraron en la paleta de ese marisco surrealista que llegó a sus ciudades. “Recuerdo mi asombro ante la Isla de Pascua, adonde fui con Neruda. Quinientos gigantes, pájaros/hombres que contemplan el cielo, pueblan la isla”. Como gallega que soy, llevaba como parte de de mi condición el ir errando de un lado a otro. “En cuanto al arte, la forma por sí sola expresa el contenido de una época y denuncia la psicología de las épocas”. Mi arte se alimentó en el grito de libertad que hice mío en la República.

https://ctxt.es/es/20190814/Culturas/27638/Susana-Hernandez-retrato-sonoro-Maruja-Mallo-Gabriela-Mistral-Neruda.htm


Los amores que más matan son autoritarios. Domingo Sanz

13/08/2019

El pasado jueves, día 7, nos molestó mucho que la policía registrara nuestros bolsos en Mirador, esa calle con una placa que duele, clavada como está en las piedras eternas de la Catedral. Con la cantidad de esquinas anónimas que nos confunden a la hora de a circular.

Allí estaban concentrados los manifestantes contra la Monarquía y si el registro de los bolsos nos ofendió fue porque, unos minutos antes, habíamos pasado por la zona donde estaban los monárquicos y los policías ni siquiera nos miraron.

Me gustaría saber a qué vino la orden de incomodar únicamente a los republicanos, y más cuando el año pasado la única violencia salió de personas como la concejala Petri Galmés, del PP, que agredió a los periodistas de IB3 mientras aplaudía a Felipe VI. Lo de que hay amores que matan nunca falla. Y, en ocasiones, matan más los “amores” extraños.

Parece que la prolongación de la monarquía española está cursando con la radicalización creciente de sus partidarios. A ver si resulta que para pactar un gobierno nos hace falta cambiar antes la forma del Estado.

Una democracia que quiera mejorar debería escuchar más a quienes destacan los defectos que a los que solo ven las virtudes, pero España sigue siendo diferente, especialmente contra los españoles.

Mientras tanto, para alejar a los más violentos de la tentación que les embarga, en los casos de concentraciones en las que confluyan grupos contrarios se me ocurre que la policía podría hacer pasar a todos, unos y otros, por el mismo pasillo y, al final, mostrarles un cartel con la siguiente pregunta fácil:

18 de julio de 1936   A favor   –   En contra

Estoy seguro que, espontáneamente, todos responderán la verdad de lo que sienten ante tal pregunta, sobre todo porque irán acompañados y no querrán decepcionar a los suyos.

Y no es necesario decir a quienes, para evitar violencias, conviene enviar lo más lejos posible de cualquier objetivo a proteger, aunque sea su muy amado rey.

Metidos en autoritarismos para garantizar la seguridad, más que registrar sus bolsos se recomienda requisarlos.

Los podrán recoger al finalizar la movida.

O mejor aún, en comisaría. Allí podrán aprovechar para insultar a cualquier político de izquierdas sin que les pase nada, y más si también son funcionarios armados.

Como esos policías municipales que, tras amenazar a Manuela Carmena, desear la muerte de los inmigrantes y admirar a Hitler en un chat, han vuelto de rositas a sus puestos de imponer el particular orden público que tienen en sus cabezas por las calles de Madrid.


La falacia del copago en autovías.David Bollero

13/08/2019

La técnica del globo sonda continúa siendo un recurso al que recurren los gobernantes cuando no se quieren pillar los dedos. El último ejemplo es la ocurrencia del copago en las autovías del Estado cuya circulación por ellas hasta ahora financiábamos con nuestros impuestos. Parece ser que ya no basta con la sangría fiscal a que es sometida la clase obrera para cubrir los elevados costes de mantenimiento. El quid de la cuestión es ¿se está gestionando correctamente lo que se recauda y, además, se recauda lo que se debiera? Y la respuesta es no en ambos casos.

La gran falacia del copago, se aplique a lo que se aplique, es el mantra de que «los servicios públicos hay que pagarlos». El problema es que ya los pagamos, especialmente la clase trabajadora que proporcionalmente paga mucho más que el empresariado y las grandes fortunas. Pagar, aunque sea simbólicamente, por circular por una autovía, es en realidad pagar dos veces. No es la primera vez que el ministro de Fomento José Luis Ábalos desliza esta posibilidad, tras admitir que los kilómetros de autovía crecen año a año mientras el presupuesto para su mantenimiento disminuye.

Impulsar el copago en las autovías es más rápido, sencillo y provoca menos dolores de cabeza que acometer una reforma fiscal más justa. No ha pasado un solo gobierno por La Moncloa  que le meta mano en el bolsillo a las empresas, a las grandes fortunas, a la Iglesia…  en lugar de hacerlo a quienes ganan menos de 1.000 euros al mes. Ninguno. Los primeros tienen a su alcance todo tipo de vericuetos legales para eludir el pago de impuestos. La clase trabajadora no. En consecuencia, se recauda mucho menos de lo que se debiera y termina por exprimirse aún más la hucha de quienes menos tienen.

Por si esto no bastara, lo que se recauda se despilfarra, teniendo que acudir a fondo perdido al rescate de las ineptitudes de quienes contruyeron autopistas privadas o rescatando bancos que acumulan sentencias en contra por haber estafado a sus clientes con cláusulas abusivas. Para quien no llega a fin de mes, sería una buena noticia que en lugar de escuchar de nuevo el globo sonda del copago en autovías oyera el de recuperar los rescates del Estado. Sin embargo, esas son noticias que nunca llegan, como tampoco el de atajar los agujeros negros de las SICAV, quitar las subvenciones a los grandes terratenientes de la nobleza o acometer una reforma fiscal justa.

La falacia del copago en autovías


Entre Fabero y Fornela, ruta por los paisajes de la guerrilla y la lucha minera

12/08/2019

Fabero del Bierzo, León, ha constituido a lo largo del siglo XX la cuenca antracitera más importante de España. “Aquí en Fabero pasó muchísimo, era una cuenca minera, de aquí fue de donde salió todo, y de aquí fue de donde vinieron todas las cosas”. Con ese saber obrero, tan denostado como necesario, Alejandro Cerecedo, nos resumía la importancia de esta zona. Su biografía es un resumen de la historia de lucha de esta comarca: minero, enlace de la guerrilla, partícipe en las primeras huelgas frente a la dictadura, militante del PCE, de CCOO, de IU…

La cuenca minera de El Bierzo, nido de espías en busca de wolframio durante la II Guerra Mundial y lugar en el que se fundó ENDESA, no cobra importancia únicamente por su aporte a la industrialización del país. Como sabemos, en España, industrialización capitalista, minería del carbón y movimiento obrero van de la mano.

En Fabero las organizaciones obreras han jugado un papel fundamental, protagonizando acontecimientos revolucionarios de gran envergadura, sirviendo en ocasiones de espejo y vanguardia de los acontecimientos nacionales. Sin salir de una pequeña localidad del noroeste, podríamos explicar los acontecimientos económicos, sociales y políticos de la historia del siglo XX en España.

En lo económico vemos una industrialización tardía, periférica, con capital procedente de otras zonas. Además, en este caso, creando una economía de enclave, en la que la acumulación de capital fluirá hacía otras zonas industriales. En la época más reciente podemos ver lo que supuso la entrada de España en la UE y la famosa reconversión: eufemismo para esconder un cierre total sin alternativas.

Una gran historia, entre el desconocimiento y el olvido

A raíz de la I Guerra Mundial y el aprovechamiento industrial del carbón, será cuando Fabero, como diría Manuel Tuñón de Lara, entre en el siglo XX. Un rápido crecimiento poblacional correrá parejo a la creación de un movimiento obrero revolucionario, que protagonizará hitos de importancia a escala nacional, como la proclamación del Comunismo Libertario en 1933, liderada por el Sindicato Único Minero, organización de la que formaba parte Eloy Terrón, histórico comunista y director de la fundación 1º de Mayo de CCOO y el CAUM de Madrid. El Octubre de 1934, tendrá gran repercusión en la zona, siguiendo la estela del UHP asturiano. Tras el golpe de estado de 1936, las adhesiones de patronal y clase obrera, son un compromiso de clase con las aspiraciones e intereses que representa cada uno de los proyectos de país.

“De la sierra de Ronda a la cuenca de Fabero el enemigo es atacado por todas partes”, titularía la prensa del V regimiento de Milicias Antifascistas. Así, primero resistiendo a las tropas fascistas y posteriormente en el Frente Norte, los mineros defenderían la legalidad republicana.

La implantación del franquismo en la cuenca tiene repercusiones propias dada su idiosincrasia. Estas van desde la resistencia de los restos de las organizaciones obreras mediante la guerrilla, a la represión en todas sus formas, incluido el trabajo esclavo en el Campo de Trabajo para presos políticos. La represión obrera y la acumulación capitalista alcanzaron su fusión más sofisticada combinando represión disciplinadora y explotación laboral. Entre el drama y la tragedia, el teatro Álbeniz de Madrid, para diversión de la burguesía madrileña, se construyó con la riqueza producida por estos mineros, libres y esclavos.

El sindicalismo armado de la guerrilla constituyó la oposición más sería al franquismo, con cientos de enlaces de apoyo, hasta la consolidación del Partido Comunista de España y la conformación de las primeras comisiones obreras con las huelgas de 1962 y 1963. Cuando, parafraseando a la Pirenaica, hacia estos obreros se dirigían “todas las miradas de los trabajadores españoles, su solidaridad, la simpatía de todo el mundo”.

Como dice el poeta berciano Juan Carlos Mestre “No hay poema más bello que la canción de los mineros en el amanecer de una noche de huelga”. Y esa melodía se escuchó durante los años de la transición y la reconversión: huelgas, encierros, cortes de carretera, hasta un muerto a lo bonzo, fue el tributo por los derechos sociales, laborales y democráticos. Al final, como rezaba una pancarta en el pozo Julia: “cientos de años creando riqueza para este país, y ahora nos abandonáis a nuestra suerte”.

FABERO: RUTA URBANA POR LA MEMORIA OBRERA Y DEMOCRÁTICA

El hecho de que no haya una ruta marcada como tal, dice mucho de cómo ha sido el proceso de Transición. Aún así, vamos a proponer un itinerario para conocer su historia obrera e industrial. Preguntando, conoceréis a la población local, y servirá, especialmente si venís de la ciudad, para romper ese aislamiento entre miles de personas en el que a veces se convierte la vida urbana.

Como decía en un reciente artículo Carmen Busmayor, “Fabero no es un lugar muy escultórico pero tampoco sestea en la ausencia” (http://goo.gl/ZRvkwd). A estas esculturas añadiremos, patrimonio, natural e industrial.

Ruta: Busto de Eloy Terrón (plaza E. Terrón) – Estatua del minero – Plaza de la Encina (Monumento a las y los represaliados) – Pozo Julia (mina musealizada) – La Reguera (monolito en el Campo de Trabajo) – Lavadero Alicia – Estatua “Las manos” – Escuela del Ayer (museo escuela republicana) – Poblado de Antracitas de Fabero – Pozo Viejo (Lillo del Bierzo) – Gran Corta (mina a cielo abierto).
Dificultad: Baja
Distancia: 12 km.
Comer: El Espino
Alojamiento: Apartamentos turísticos “El minero”
¿Cómo llegar? A-6 a Bembibre, LE-463, LE-716 y LE-715 o A-6 a Ponferrada, CL-631 y LE-715
Para documentarnos:
Libro: “De siervos a esclavos” (http://goo.gl/CVukep)
Documental: “Los campos del Silencio” (http://goo.gl/yVX39o)

POR LOS PAISAJES DE LA GUERRILLA

Enclavado en plena Reserva de la Biosfera, donde Asturias, Galicia y León se dan la mano, Fornela es “el valle más recóndito y perdido de los Ancares, porque no es paso hacia ninguna parte” (http://goo.gl/2e7ABo), describían no hace mucho estas páginas de Mundo Obrero.

Fabero del Bierzo, León, ha constituido a lo largo del siglo XX la cuenca antracitera más importante de España. “Aquí en Fabero pasó muchísimo, era una cuenca minera, de aquí fue de donde salió todo, y de aquí fue de donde vinieron todas las cosas”. Con ese saber obrero, tan denostado como necesario, Alejandro Cerecedo, nos resumía la importancia de esta zona. Su biografía es un resumen de la historia de lucha de esta comarca: minero, enlace de la guerrilla, partícipe en las primeras huelgas frente a la dictadura, militante del PCE, de CCOO, de IU…

La cuenca minera de El Bierzo, nido de espías en busca de wolframio durante la II Guerra Mundial y lugar en el que se fundó ENDESA, no cobra importancia únicamente por su aporte a la industrialización del país. Como sabemos, en España, industrialización capitalista, minería del carbón y movimiento obrero van de la mano.

En Fabero las organizaciones obreras han jugado un papel fundamental, protagonizando acontecimientos revolucionarios de gran envergadura, sirviendo en ocasiones de espejo y vanguardia de los acontecimientos nacionales. Sin salir de una pequeña localidad del noroeste, podríamos explicar los acontecimientos económicos, sociales y políticos de la historia del siglo XX en España.

En lo económico vemos una industrialización tardía, periférica, con capital procedente de otras zonas. Además, en este caso, creando una economía de enclave, en la que la acumulación de capital fluirá hacía otras zonas industriales. En la época más reciente podemos ver lo que supuso la entrada de España en la UE y la famosa reconversión: eufemismo para esconder un cierre total sin alternativas.

Una gran historia, entre el desconocimiento y el olvido

A raíz de la I Guerra Mundial y el aprovechamiento industrial del carbón, será cuando Fabero, como diría Manuel Tuñón de Lara, entre en el siglo XX. Un rápido crecimiento poblacional correrá parejo a la creación de un movimiento obrero revolucionario, que protagonizará hitos de importancia a escala nacional, como la proclamación del Comunismo Libertario en 1933, liderada por el Sindicato Único Minero, organización de la que formaba parte Eloy Terrón, histórico comunista y director de la fundación 1º de Mayo de CCOO y el CAUM de Madrid. El Octubre de 1934, tendrá gran repercusión en la zona, siguiendo la estela del UHP asturiano. Tras el golpe de estado de 1936, las adhesiones de patronal y clase obrera, son un compromiso de clase con las aspiraciones e intereses que representa cada uno de los proyectos de país.

“De la sierra de Ronda a la cuenca de Fabero el enemigo es atacado por todas partes”, titularía la prensa del V regimiento de Milicias Antifascistas. Así, primero resistiendo a las tropas fascistas y posteriormente en el Frente Norte, los mineros defenderían la legalidad republicana.

La implantación del franquismo en la cuenca tiene repercusiones propias dada su idiosincrasia. Estas van desde la resistencia de los restos de las organizaciones obreras mediante la guerrilla, a la represión en todas sus formas, incluido el trabajo esclavo en el Campo de Trabajo para presos políticos. La represión obrera y la acumulación capitalista alcanzaron su fusión más sofisticada combinando represión disciplinadora y explotación laboral. Entre el drama y la tragedia, el teatro Álbeniz de Madrid, para diversión de la burguesía madrileña, se construyó con la riqueza producida por estos mineros, libres y esclavos.

El sindicalismo armado de la guerrilla constituyó la oposición más sería al franquismo, con cientos de enlaces de apoyo, hasta la consolidación del Partido Comunista de España y la conformación de las primeras comisiones obreras con las huelgas de 1962 y 1963. Cuando, parafraseando a la Pirenaica, hacia estos obreros se dirigían “todas las miradas de los trabajadores españoles, su solidaridad, la simpatía de todo el mundo”.

Como dice el poeta berciano Juan Carlos Mestre “No hay poema más bello que la canción de los mineros en el amanecer de una noche de huelga”. Y esa melodía se escuchó durante los años de la transición y la reconversión: huelgas, encierros, cortes de carretera, hasta un muerto a lo bonzo, fue el tributo por los derechos sociales, laborales y democráticos. Al final, como rezaba una pancarta en el pozo Julia: “cientos de años creando riqueza para este país, y ahora nos abandonáis a nuestra suerte”.

FABERO: RUTA URBANA POR LA MEMORIA OBRERA Y DEMOCRÁTICA

El hecho de que no haya una ruta marcada como tal, dice mucho de cómo ha sido el proceso de Transición. Aún así, vamos a proponer un itinerario para conocer su historia obrera e industrial. Preguntando, conoceréis a la población local, y servirá, especialmente si venís de la ciudad, para romper ese aislamiento entre miles de personas en el que a veces se convierte la vida urbana.

Como decía en un reciente artículo Carmen Busmayor, “Fabero no es un lugar muy escultórico pero tampoco sestea en la ausencia” (http://goo.gl/ZRvkwd). A estas esculturas añadiremos, patrimonio, natural e industrial.

Ruta: Busto de Eloy Terrón (plaza E. Terrón) – Estatua del minero – Plaza de la Encina (Monumento a las y los represaliados) – Pozo Julia (mina musealizada) – La Reguera (monolito en el Campo de Trabajo) – Lavadero Alicia – Estatua “Las manos” – Escuela del Ayer (museo escuela republicana) – Poblado de Antracitas de Fabero – Pozo Viejo (Lillo del Bierzo) – Gran Corta (mina a cielo abierto).
Dificultad: Baja
Distancia: 12 km.
Comer: El Espino
Alojamiento: Apartamentos turísticos “El minero”
¿Cómo llegar? A-6 a Bembibre, LE-463, LE-716 y LE-715 o A-6 a Ponferrada, CL-631 y LE-715
Para documentarnos:
Libro: “De siervos a esclavos” (http://goo.gl/CVukep)
Documental: “Los campos del Silencio” (http://goo.gl/yVX39o)

POR LOS PAISAJES DE LA GUERRILLA

Enclavado en plena Reserva de la Biosfera, donde Asturias, Galicia y León se dan la mano, Fornela es “el valle más recóndito y perdido de los Ancares, porque no es paso hacia ninguna parte” (http://goo.gl/2e7ABo), describían no hace mucho estas páginas de Mundo Obrero.

http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=8575


PORTUGAL. Una manifestación antifascista recorrió Lisboa en respuesta al encuentro de organizaciones de extrema derecha

12/08/2019

 

En la plaza Luís de Camões,  en el corazón de Lisboa, se desarrolló la movilización antifascista en respuesta a la reunión que en un Hotel realizaban organizaciones de extrema derecha de varios países europeos. Gritos contra el líder del movimiento de extrema derecha portugués del Nuevo Orden Social, Mário Machado, contra el presidente brasileño Jair Bolsonaro, mientras se veían carteles. con frases como «¡25 de abril! ¡Fascismo nunca más!», «No pasarán» o «Los inmigrantes se quedan, te dejan».

 

 

 

 

https://insurgente.org/portugal-una-manifestacion-antifascista-recorrio-lisboa-en-respuesta-al-encuentro-de-organizaciones-de-extrema-derecha/

 

 


Del toreo considerado una de las bellas artes. David Torres

09/08/2019

 

Resultado de imagen de enrique ponce

«Me gustan los animales, por eso los mato». Era una frase que decía el difunto Graham Chapman en un número hilarante de los Monty Python sobre un cazador profesional en África. El hombre iba por la selva armado de machetes, varios rifles y un bazooka, arrasando todo lo que encontraba a su paso, exterminando incluso a los mosquitos. Varias décadas después, la frase la ha repetido el diestro Enrique Ponce con una ligera mejora metafísica: «Yo amo al toro, pero tengo que matarlo para que exista». Dicen que los Simpson son el Nostradamus de nuestro tiempo pero no es verdad: tarde o temprano todo se convierte en un chiste profetizado por los Monty Python.

El toro bravo, para cobrar existencia, tiene que morir en la plaza, reventado por un estoque, acogotado a descabellos, para pasmo y deleite del respetable. Animal heideggeriano por excelencia, el toro es un ser-para-la-muerte en cuyo holocausto a pleno sol el torero encuentra su lugar en el mundo. Decía Juncal, aquel matador fracasado interpretado por Paco Rabal, que todo, absolutamente todo, gira alrededor de los toros: los poetas existen para cantar a los toreros, los arquitectos para construir plazas de toros, los músicos para componer pasodobles y las mujeres para amar y admirar a los toreros. El morlaco, evidentemente, no tiene otra razón de ser que su involuntaria contribución al espectáculo, como si su sufrimiento trascendiera hacia una órbita superior y la sangre derramada sobre la arena no fuese más que pintura caída del óleo. «Yo al toro lo veo como un colaborador para mi obra de arte, nunca como un enemigo» dice Ponce. «No hay que enfadarlo, sino ir a favor, moldeando el barro sin llevar una faena preconcebida».

Contemplar a un mamífero superior, con sus terminaciones nerviosas y su sistema límbico, como un trozo de barro que hay que ir «moldeando» (a base de capotazos, de puyazos, de los arpones de las banderillas), expresa perfectamente la falta de empatía, de piedad y de compasión necesarias a la hora de protagonizar y asistir a una corrida de toros. El razonamiento de Ponce -que es el mismo de cualquier aficionado- evoca de inmediato aquella fantástica insensatez proclamada por Karl Heinz Stockhausen, el Papa de la música contemporánea, cuando dijo que el atentado de las Torres Gemelas era «la mayor obra de arte de todos los tiempos: el hecho de que unos tipos se preparen como locos para un solo acto durante años y lo ejecuten una vez y mueran en la ejecución hace que sea algo único». Se lamentaba luego de que ni él ni ningún otro compositor podría hacer algo similar. Como mucho, joderte los oídos o amargarte una tarde.

El disparate de Stockhausen no sólo oculta una enorme ausencia de dolor por las miles de víctimas de la masacre sino también un asombro sin reservas por cierta estética de la destrucción que encuentra su correlato en las ejecuciones públicas medievales, en las intrincadas sesiones de tortura de los verdugos chinos, en el hongo atómico de Hiroshima, en las corridas de toros, en un niño orinando en un hormiguero. Arte -da un poco de vergüenza tener que descender a este nivel semántico- viene de artificio, de artificial, por eso mismo no se puede aplicar el adjetivo «artístico» a un crimen, a un atentado o a la coreografiada parafernalia de la matanza de un toro. No a menos que uno considere aquel glorioso título de De Quincey, Del asesinato considerado como una de las bellas artes, en sentido literal y no irónico.

En cuanto a la penúltima chorrada ontológica de Enrique Ponce, lo de que el toreo pertenece al ADN del pueblo español y que la Historia no se puede cambiar, lo que nos enseña la Historia, desde la abolición de la esclavitud a la igualdad de género, desde la Declaración de los Derechos del Hombre hasta el marcapasos, es precisamente lo contrario. La Historia se va haciendo a base de cambios, de avances, de progresos, y tarde o temprano -más temprano que tarde- la tauromaquia desaparecerá como un vestigio más de la Edad de Piedra.

Del toreo considerado una de las bellas artes


JORNADAS SOLIDARIAS PROYECTO «ESCUELA SSERINYA» EN MASAKA – UGANDA

08/08/2019

ESCUELA UGANDA