Impunidad y concordia. Quien no recuerda la historia está condenado a repetirla.

El pasado domingo día 16 la Ronda de los Pueblos-Plataforma contra la Impunidad participó en la Marcha Republicana a Madrid en el cortejo de la coalición Paz- Soberanía- República, y constatamos en los hechos que existe una salida práctica al bloqueo político e institucional del régimen de la monarquía, a la dependencia y dictadura de la OTAN y de la Unión Europea. Y esa salida, al alcance de la mayoría, no es otra que la de la República. Confirmando que el único obstáculo interpuesto a la demanda republicana para los pueblos de España reside en las doblez de aquellas fuerzas políticas que, de una parte, colaboran con las instituciones nacionales e internacionales que nos llevan a la guerra, aplicando políticas de desigualdad social, como practica el gobierno del régimen que aún mantiene la ley mordaza, privatizando las pensiones, la sanidad y la educación; y de otra parte, hay en la izquierda oficial quienes hablan de democracia y de “Felipe VI, El Último”…

Ambas cosas son contradictorias, o una o la otra: Monarquía o República. No se puede ser ministro del Rey y republicano al mismo tiempo. No se puede sorber y soplar al mismo tiempo. Por ello, en la declaración política repartida en la misma manifestación por Paz-Soberanía-República se acababa diciendo: “La coalición Paz Soberanía República va a participar en la manifestación republicana, y llama  a trabajadores y jóvenes a participar en la marcha  del día 16 en Madrid, y lo hará demandando la ruptura con las leyes e instituciones que niegan las reivindicaciones sociales de la mayoría social ¡Por la ruptura con el régimen de la monarquía  de todas aquellas organizaciones sindicales y políticas que reclaman democracia!”.

En la manifestación republicana de Madrid, también se demandó, como reclamación democrática y republicana, poner fin a la impunidad de los crímenes del franquismo, mantenida por las mismas leyes de Memoria, de Amnistía y la Ley de Secretos oficiales, así como por sentencias del Tribunal Supremo; decisiones de todo tipo de instituciones del régimen contrarias a la democracia y al derecho internacional. A los pocos días, el presidente de la mesa del Parlamento Balear, de la lista de Vox y aliado al PP en el gobierno, rompió en el hemiciclo, ante el pleno de la asamblea, la fotografía de la militante republicana Aurora Picornell, fusilada por los falangistas en 1937, pisoteando una vez más, de manera oficial, la memoria de las víctimas del franquismo y de la monarquía.

Tanto en Aragón como en Baleares el PP y Vox han aprobado “leyes de concordia”, que vienen a de derogar la ley de Memoria, y que han sido paralizadas por el mismo Tribunal Constitucional dominado por el PSOE y Podemos. Dichas “leyes de concordia” de los partidos franquistas han sido tramitadas también en otros parlamentos autonómicos, como es el caso de Castilla y León y Comunidad Valenciana. ¿Qué son las leyes de concordia de PP y Vox? No se trata sino de impedir por todos los medios que se conozca públicamente que el régimen franquista realizó masivos crímenes contra la humanidad, tanto en la guerra como en la posguerra, la dictadura y la Transición hasta nuestros días. De forma que se vuelvan a ocultar los hechos que, parcialmente, la población ha tenido posibilidad de conocer, aunque se ha negado reiteradamente la verdad, la justicia y la reparación judicial por la Ley de Memoria vigente.

Relatores de Naciones Unidas han analizado, a petición del gobierno, esas leyes de concordia, señalando que dichas leyes autonómicas ocultan “las graves violaciones de derechos humanos cometidos por el régimen franquista”, y “suprimen la palabra dictadura para referirse al periodo histórico del franquismo”. Leyes que desvirtúan la Memoria histórica y eliminan el reconocimiento y la atención necesaria a los derechos de las víctimas de graves violaciones de derechos humanos. Son leyes con las que, como también señalaron los relatores de la ONU en relación con la Ley de Memoria Democrática del Gobierno Sánchez, “la impunidad con relación estas violaciones puede constituir un elemento importante que contribuye a la repetición de las violaciones”.

Los relatores insisten en que las voces de las víctimas de la dictadura franquista deben “ocupar un espacio privilegiado en la construcción de la Memoriaque se debe dar a conocer la verdad a la sociedad para impedir que tales violaciones se reproduzcan”. Y eso es lo que sucede cada jueves en la Puerta del Sol donde se realizan concentraciones contra la impunidad, por la verdad, justicia y reparación, donde los participantes sufren todo tipo de provocaciones y agresiones, tratando de impedir las demandas de las víctimas del franquismo y de la monarquía. Después de catorce años de concentraciones contra la impunidad se ha andado un camino difícil, pero imprescindible para impedir que leyes de concordia e impunidad sigan en vigor en detrimento de los derechos de las víctimas a un juicio justo. Tal y como sucedió en Argentina, donde la Corte Suprema acabó declarando inconstitucionales las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida, aspiramos a la nulidad de la impunidad y su versión del PP y Vox, la conciliación.

En cuanto a la justicia universal y su aplicación en España, una sentencia del Tribunal Supremo niega el derecho de las víctimas del franquismo a un juicio justo. Fueron los gobiernos monárquicos quienes echaron abajo aspectos de justicia universal y su aplicación, establecida en los esfuerzos por imputar a Pinochet y a los responsables argentinos de los crímenes de lesa humanidad.

El balance que hoy podemos hacer en relación con la lucha contra la impunidad, tanto en España, como en otros países, es que no puede haber democracia y concordia sin justicia. En el caso español, cabe destacar que, entre las leyes de Memoria, de Amnistía y de Secretos Oficiales de la izquierda oficial y las de Concordia de los partidos franquistas, no hay lugar alguno para la verdad, la justicia y la reparación. ¡Y quién no recuerda la historia está condenado a repetirla!

La lucha contra la impunidad es parte de la lucha integral por los derechos democráticos y por la justicia universal, y por tanto parte esencial de la demanda republicana, mayoritaria entre trabajadores y pueblos, pero negada por el régimen del 78. ¡Que sean los pueblos, en el ejercicio de su soberanía, quienes puedan decidir de forma libre y soberana acerca de la forma de Estado: ¡Monarquía o República!

Las políticas de colaboración de clases de las izquierdas oficiales europeas se han reflejado en los resultados electorales al Parlamento europeo, con una pérdida masiva de votos, perdiendo el apoyo de importantes sectores obreros y populares -que mayoritariamente se han abstenido-, abriendo crisis sin precedentes en varios países, como es el caso de la Francia de Macron. Sumar, el partido de la ministra Yolanda Díaz, “de la izquierda a la izquierda del PSOE”, es el principal ejemplo en el caso de los partidos españoles. La misma ministra ha declarado: “Tengo la sensación de que no he hecho las cosas como tenían que haberse hecho…Los ciudadanos lo han percibido”. Por ello, Sumar ha   sufrido un verdadero desastre político y electoral: para la mayoría social no hay mucha diferencia entre los ministros de Sumar y los del PSOE, que comparten el Consejo de ministros como órgano colegiado, y que han decidido apoyar con miles de millones en los próximos años al régimen de Zelenski, facilitar los puertos españoles para el envío de armas a Israel; así como nuevas bases navales para la OTAN en Cartagena y Mahón.

Impulsar un movimiento abierto y plural contra la guerra y el genocidio es el reto inmediato de los partidarios de la democracia y la República.    

Deja un comentario